INTRODUCCIÓN

Mi nombre es Angela y conoci a LadyAxR hace un tiempo a traves de algo que tenemos en comun, nos encanta la serie Xena Warrior Princess. Sus relatos me hicieron sentir y eso me hizo que les comentara a mis amigos, ellos me pidieron sus relatos para leerlos y coincidieron conmigo. Asi que decidimos crear este club sobre ella, sere la encargada de llevarlo aunque mis amigos me ayudaran de vez en cuando. Te damos la bienvenida y esperamos que tu tambien leas sus relatos.

Angela.

Tanks You.....

Thanks primarily to LadyAxR for having replied to the e-mail, the truth is that you never imagined you would....

" I do not like these deserve as much as you are working for me but I feel blessed for having made feel with my stories, I think they have very sweet fan of Lucy and Renee, with great respect that I do ..... "

These stories are good and a good writer who sent us but we will not publish respect for her. On behalf of all want to thank us Misslane who kindly responded to our request soon banner, thanks and hope to keep contact with you, does a great job, is an artist. Thanks to all those we have asked translations in Greek and some other languages .... time, little by little they will soon published many more .....

Heather.

lunes, 9 de noviembre de 2009

(Español) El Espejo (Revelaciones)

EL ESPEJO (Revelaciones)
By LadyAxR


¡Por fin!...pensaba tras bajar una vez mas todas las escaleras del apartamento que había alquilado para mi estancia en esa nueva ciudad, en ese país que no tenía ni la más remota idea de lo que me iba a encontrar. Era un cuarto piso, sin ascensor, llegue al portal y me senté un poco a descansar en las escaleras que había saliendo a la calle, miraba agotada el coche que había alquilado con el maletero abierto y con solo dos cajas dentro de el, menos mal, después de haber subido ya cinco veces esta sería mi última vez y me sentía agradecida, definitivamente no me apuntaría a ningún gimnasio como pensaba hacerlo ya que había hecho ejercicio suficiente.

En una semana comenzaba a trabajar en una serie de tv y me gustaba la idea, solo me habían dado un papel para unos cuantos meses así que me pareció estupendo aceptar así conseguiría mucha más experiencia. Al principio no iba a aceptar pero mi madre me animo a ello, mis amigos me recomendaron hacerlo, que me iría bien, no sé si me irá bien ni lo que me depara el futuro pero seguro aprovechare esta oportunidad para aprender todo lo que pueda de esta gente por estos lugares del mundo.
Me levante decidida animándome a mi misma que ya solo me quedaban esas dos cajas, me acerque al coche baje las dos cajas pesadas al suelo y cerré el coche poniendo la alarma, puse una caja encima de la otra y no viendo casi comencé a subir las escaleras, mi última vez pensaba para darme ánimos, mi última vez, continúe caminando lentamente y tuve la mala suerte de que en ese momento la puerta del portal se me cerro, no lo podía creer, maldije en silencio una y otra vez cuando estuve a punto de dejar las cajas al suelo alguien me abrió la puerta, una voz de mujer se escucho al otro lado, ofreciéndome su ayuda. A pesar de que si la precisaba la negué y le di las gracias por abrirme la puerta, sin mirarla casi por que las cajas la tapaban entre y comencé a subir las escaleras.

Llegue por fin a mi apartamento, las deje en el suelo y me tumbe en el sofá, mientras observaba el techo de mi nueva casa, respirando agitadamente, debía calmar un poco mi corazón si no me daría un ataque, los techos estaban más alto de lo que normalmente los apartamentos suelen estar, el casero me dijo que eso hacía que hiciera más fresco en el lugar, ¿para que quiero más frío?, ya hacía bastante en ese país como para tener más fresco, mejor me hubiera puesto una calefacción que no había y el frío se sentía bastante en las noches. Después de recuperarme un poco no podía ceder ahora y debía comenzar a colocar las cosas en su lugar, lo primero que hice fue instalar mi pequeño equipo de música que mis amigas me habían regalado en mi fiesta de despedida que me ofrecieron una semana antes de venirme.

La música comenzó a sonar, no muy fuerte, era mediodía y no deseaba molestar a los vecinos nuevos, no quería que se llevaran una impresión equivocada de mi, la típica Estadounidense Texana que anda pegando tiros, emborrachándose y haciendo escándalos a cualquier hora del día. La música me animo a continuar y abriendo una a una las seis cajas saque objetos colocándolos cada cual en su lugar. Mi apartamento no era muy grande, tenía una habitación matrimonial suficientemente grande, un baño completo, el salón y la cocina estaban en una sola habitación, juntas, las separaba una barra americana y tenía un balcón grande, podría decirse que era más grande el balcón que la casa, reí con ese pensamiento. Mientras estaba en la cocina colocando algunos enseres apareció ante mi una pelota color roja rodando por el salón, deteniéndose cerca del sofá y una pequeña niña corría detrás de ella, cuando la agarro se dio la vuelta y la vi que sonreía.

- Hola pequeña-. Le dije poniéndome frente a ella, su sonrisa se borro de su cara, tal vez pensó que iba a reñirle por entrar de esa manera
- Hola-. Me contesto bajando su mirada tímidamente
- ¿Es tuya?-. Le preguntaba señalando la pelota y le sonreí para que no se sintiera cohibida
- Si-. Levanto un poco su cabeza y me miro aun no muy confiada de mi reacción
- Bien, ¿cómo te llamas?-. Quería darle la confianza para que estuviera tranquila y poco a poco lo fui consiguiendo
- Daisy
- Pues yo me llamo Renee, hola…-. Le ofrecí mi mano que dudosa me la dio-. – ¿Daisy vives aquí en el edificio?
- Si, en el apartamento 402
- ¿Qué edad tienes?
- 9 años y no le diga a mi madre nada por favor, si sabe que jugué en el pasillo me reñirá y me castigara
- No te preocupes, no le diré nada
- ¿Eres nueva verdad?-. Me preguntaba apretando contra su pecho la pelota curiosamente
- Si, acabo de llegar al edificio y me gustaría que fuéramos amiga ¿que te parece?
- Sí, me gustaría, pero ahora debo marcharme, si no regreso a casa y mama se entera se asustara
- Está bien-. La acompañe a la puerta y la vi alejarse por el pasillo mientras me saludaba con su mano mirando hacia atrás, llego hasta su puerta al comienzo del pasillo y cerro su puerta, yo hice lo mismo.

Nuevamente comencé a ordenar mis cosas y sin darme cuenta me dio la noche si haber desayunado, ni comido, y el estomago ya a las ocho que me marcaba el reloj me pedía cenar algo, al no tener comida aun en la cocina decidí salir por ahí a ver si encontraba algo. Cuando Salí a la calle la noche se hacía ante mi muy oscura pero ese barrio estaba iluminado bastante, al principio no quise salir por miedo a lo desconocido pero no podía hacer otra cosa ante mi estomago que rujia sin parar. No quería alejarme mucho porque no reconocía bien el lugar pero tuve suerte porque al dar la vuelta a la esquina vi un precioso lugar, un restaurante-bar ambientado en los años 50. Entre viendo que no había mucha gente en la zona del restaurante, mejor, pensé, así me atenderían antes, me senté en una de las mesas hechas de coches antiguos, sillones de coches antiguos, era increíble ese lugar, nada más entrar da la sensación de que vuelves el tiempo atrás.

La carta de comida también te hacia recordar los viejos tiempo, con nombres míticos en honor a Elvis y muchos otros grandes del rock. Deseaba comer comida típica del lugar pero en esa carta no lo había, hacían honor a mí comida norteamericana así que me pedí un gran batido de fresa con mucha espuma y una hamburguesa doble con queso y pepinillos. Como pensé al no haber mucha gente me atendieron rápido y pude disfrutar la comida mientras en los altavoces se escuchaba una música relajada.
Divise enfrente de mí a una pareja de ancianos que comían un plato parecido al mío aunque el de ellos llevaba patatas, de vez en cuando se pasaban uno comida al otro y no entendía bien pero por sus gestos y miradas se decían palabras de amor, era hermoso ver eso en una pareja ya tan mayor, deseaba enamorarme y sentir eso, y por supuesto llegar a esa edad junto al hombre de mis sueños, me gustaba mi trabajo, mi libertad, pero ansiaba tener eso también, formar una familia, un hogar al que volver y que alguien me esperara de vez en cuando con un beso tierno y cariñoso, o yo esperar a alguien de igual forma.

Avise a la camarera que me había atendido para pagar la cuenta, una chica joven, pelo rubio y ojos oscuros que con una gran sonrisa me pidió el dinero que le entregue respondiéndole de igual forma, me pidió que esperara para regresarme el cambio pero levantándome le dije que no importaba que se lo quedara de propina y ella despidiéndome en la puerta me dijo:

- Nunca te había visto por aquí, y está claro que por tu acento tampoco eres de aquí, así que debo imaginar que eres nueva en el barrio y en el país, cuando tengas tiempo pásate por el bar, le invitare a una copa, es un lugar tranquilo y con buena música-. Me guiño el ojos y sonriéndome picarona cerró la puerta del restaurante adentrándose en el

¿Que había pasado ahí?, me gire yendo hacia mi casa a descansar, ¿esa chica había tratado de ligar conmigo?, me sonreía caminando y abrigándome un poco por que el frío empezó a ser más fuerte. No podía creer lo que me había pasado, seguía sonriendo cuando llegue a mi portal, me detuve a mirar el cielo por unos instantes no había ninguna estrella y entonces mi vista se dirigió a una ventana en lo alto, era Daisy que me saludaba por segundos con su mano, fue poco porque la cortina se cerró en ese instante, supongo su madre la cerro tratando de que por fin ella se durmiera por la hora que era, mire mi reloj yo debía hacer lo mismo, mañana seria un día agotador para mi, aun debía acabar la casa y encima debía más o menos conocer mi futuro trabajo, debía devolver el coche alquilado y ver otro transporte mas de acuerdo con mis intereses.

Un día nuevo entro por mi ventana, alegre me levante me asee y vistiéndome cómodamente lo primero que hice fue ir en coche a donde trabajaría, mire por fuera las naves grandes, las oficinas, ubiqué bien, la calles, y como podía ir en autobús hasta ese lugar, después de recibir información de un lugar y otro deje el coche en la nave de alquiler. Me compre un mapa para saber mejor las cosas y me informe bien de la ciudad en una oficina del centro de la ciudad a la cual a los turistas informaban. Una hora después regresaba a mi barrio que estaba algo lejos de donde trabajaría, teniendo que coger tres autobuses, haciendo transbordos, pero lo mejor es que podía hacerlo y las horas estaban de acuerdo.

Ya de día me di una vuelta por el barrio y no sé si era por la noche o qué pero ahora se veían las cosas mucho mejor, tenía un supermercado a dos manzanas de mi casa, un poco más cerca un gimnasio muy completo que no pude negar y me apunte nada más verlo, me gustaba cuidar mi salud y el ejercicio sacaba mucha adrenalina negativa en mi. Había un gran parque con un campo universal, ya que por lo que pude ver había campo de fútbol, béisbol, fútbol americano, básquet, en fin estaba completo, una escuela que más suerte tuve por que los chicos jugaban en el patio, me acerque a observarlos, algún día tendría los míos propios, algún día pensaba mientras sonreía al verlos correr, jugar y pude ver que Daisy jugaba con sus compañeras, ¡vaya!, ya sabía en qué colegio estaba.

Camine regreso a mi casa y en mi camino me encontré un nuevo parque más pequeño pero muy bonito y tenía en el centro un gran edificio completamente redondo, grande, me acerque para ver que era y vi en su puerta un gran cartel: Biblioteca Pública Municipal, “Cuida a los libros como si fueran parte de ti”. ¿Una biblioteca?, me pareció interesante, me haría socia, pero ahora no tenía tiempo para ello así que seguí caminando hacia mi casa. Llegue a casa y me eche un rato en el sofá, encendiendo la tv para ver que daban.

Escuche el ruido de golpes en mi puerta, desperté sobresaltada mirando el reloj ¿eran las 5 de la tarde?, me había dormido sin darme cuenta, la tv seguía encendida ya en un programa diferente del que había puesto, el sonido en mi puerta continuaba, me levante y abrí.

- Hola Renee, ¿quieres jugar?-. Me ofrecía Daisy un juego de mesa ante mi
- Pequeña, ¿que haces aquí?
- Mi mami a salido a comprar y me ha dejado con una niñera que no me gusta mucho, he salido para ver si quieres jugar conmigo
- Pues….-. La verdad no me importaba jugar con ella pero me preocupe por qué, ¿que clase de niñera seria que pudo salirse ella sin darse cuenta?-. – Sí, claro que quiero jugar contigo pero antes dime, ¿te has vuelto a escapar?, ¿donde está la chica que te está cuidando?
- En casa
- Bien, ¿y sabe que has venido?
- No
- Pues deberías avisarle Daisy, por que se va a preocupar si no te encuentra en casa
- No lo creo, ha venido Richard
- ¿Y quien es Richard Daisy?-. Me estaba temiendo lo clásico pero no podía permitir eso, debía hablar con su madre
- Es el novio de Elena, andan…están….-. No se atrevía a decírmelo
- No te preocupes pequeña, ven, dame la mano iremos…..-. A lo lejos escuchamos su nombre a gritos, ambas nos giramos y vimos ante nosotras una mujer alta que se acercaba a nosotras
- Daisy, ¿que estás haciendo aquí?, te dije que no molestaras a los vecinos, ¿donde está Elena?-. Mis ojos se perdieron viendo a esa mujer alta, hermosa, tenía unos ojos azules bellísimos, tenía que ser modelo, era realmente linda, y cuando me miro sacando su sonrisa me dejo sin habla, no podía articular palabra-. – Disculpe a mi hija, espero que no la haya molestado
- No…-. Seguía admirándola, ¿pero que me pasaba?, ¿porque no podía hablar una frase seguida?
- Mama, solo quería jugar, quería jugar, ya acabe los deberes y quería jugar, ella es mi amiga, la que te conté ayer, es….
- Soy Renee, encantada-. Daisy me ayudo a poder hablar y salir de mi estado que no entendía
- Hola, yo soy Lucy, y si querías jugar por qué no lo haces con….
- Tranquila, a mi no me molesta, en serio, pero si deberías mirar a esa chica por qué no está bien que la deje sola
- ¿Donde está Elena?-. La miro directamente a ella
- En casa, Richard…
- Renee ha sido un placer-. No dejo termino a su hija-. – Pero debo ir a casa, ya me imagino….-. Me sonrió-. – Lo que esta chica está haciendo
- Si, lo entiendo-. Correspondí a su sonrisa
- Pero mama yo quiero jugar con….
- Lucy si quiere déjala aquí y mientras usted…bueno termina con….
- ¿En serio no te molesta?
- No, de verdad, vaya, en cuanto acabe viene a buscarla
- Gracias, gracia
- No hay de que

Y ella se dirigió a su casa y nosotras entramos en la mía, salimos a la terraza y nos sentamos a jugar, me sentía feliz jugando, hacia mucho que no me lo pasaba tan bien, media hora después tocaban a la puerta, era su madre, la invite pasar y se sentó junto a nosotras.

- ¿Todo bien?-. Le pregunte mas con la mirada para que no se diera cuenta Daisy
- Sí, todo quedo claro, tendré que buscar nueva niñera jajá…
- Me encantaría ayudarle pero mañana comienzo un trabajo nuevo y…
- Puedes ayudarme no llamándome de usted, ya que vamos a ser vecinas…jajá
- Vale, lo mismo te digo
- Bien, y no te preocupes, ya encontrare a alguien, he pensado que aunque salga más caro contratare a una mujer mas mayor, así no tendré problemas de novietes jajá...
- Si, aunque nunca se sabe ¿no?
- Jajá…si…bueno….-. Me turbo cuando me miro de frente, ella despertaba cosas raras dentro de mí, me avergonzaba, ¿por qué?, no entendía mi reacción para con ella-. – Cariño, debemos irnos a cenar ya, seguro Renee…
- Oh, siento no haberos ofrecido nada, pero es que no tengo nada, no compre, apenas voy haciendo el traslado y....
- No te preocupes, ya me imagino, ¿quieres cenar con nosotras?
- Yo….-. Me gusto la propuesta pero no podía aceptar
- Si, si, ven a casa, cena con nosotras-. Intervenía Daisy-. – Así te enseño mi dormitorio, mis juguetes
- Vale, acepto pero os deberé una cena ¿vale?
- Perfecto-. Su sonrisa llamaba mi atención más de lo normal, ¿que me pasaba?, ¿me estaba sintiendo atraída por ella?, no, no podía ser, eso era algo anormal, era….estaba mal.

Ya en su casa cenamos muy a gusto, la verdad me lo pase fenomenal y me gusto la idea de tener una vecina tan agradable, me sentía muy bien a su lado, mas del que debería ni podía desear pero debía controlar mis sentidos que me pedían cosas raras. Daisy se fue a dormir a la tercera vez que su madre se lo pidió a regañadientes pero accedió finalmente y yo me despedí dándole las gracias a Lucy por todo lo que me había ofrecido, ella me pidió que fuera lo que fuera le pidiera ayuda en lo que quisiera, ya sabía por mí que era de fuera y que había venido poco tiempo para hacer un trabajo, no le conté de que era porque antes de venirme por teléfono me notificaron que nadie debía saber sobre la serie de tv que comenzaría a emitirse unos meses después.

Llegue a casa aun pensando en ella, en su sonrisa, definitivamente debía aceptar que esta mujer alta de ojos claros había entrado en mi, aun sin saber muy bien cómo pero me había atraído, me sentía muy bien a su lado, era una química especial la que sentía por ella.

Desperté a mi hora con tiempo suficiente para llegar bien al trabajo, aunque no deseaba llegar tarde en mi primer día así que salí media hora antes de casa, espere a mi primer autobús, que aun bostezando ya que era bastante temprano miraba como la gente igual que yo iban recién levantados cada uno a su destino supuse. Baje y volví a subir cinco minutos después en otro, la vida era graciosa porque la gente de este autobús iban un poco más despiertos al igual que yo, según iba pasando el tiempo las personas íbamos despertando a pesar de que en un comienzo íbamos todos como zombis. El tercer autobús ya la gente hablaba más, unos con otros parecían conocerse de siempre pero no era así, solo se veían cada mañana en esos mismos autobuses para cada uno ir a sus respectivos trabajos.

Baje del último autobús con alegría, con esperanza de un nuevo comienzo, para aprender todo lo que pudiera y para disfrutar mucho más. Mientras me acercaba veía a un señor corpulento vestido con traje negro y tiras en sus hombros rojos, era el de seguridad.

- Hola buenos días…-. Le saque una de mis mejores sonrisas, él muy serio contesto cortamente
- Buenos días ¿trae el gafete?
- ¿Gafete?, ¿que Gafete?, lo siento soy nueva aquí y aun no me lo han dado
- ¿Dígame su nombre?
- Renee, Renee O’Connor-. Lo vi mirar una lista que tenía entre sus manos
- Usted no está aquí, así que no puede pasar
- ¿Cómo?-. Extrañe lo que me dijo, es mas hasta creí que me estaba gastando una broma pero no, su cara seguía seria, este hombre no bromeaba-. – Escuche, debo estar ahí, soy nueva, me dijeron que viniera este día en la mañana, a lo mejor no ha mirado bien
- Señora, ya le he dicho que no….
El sonido de un motor de coche no me dejo acabar la frase y vi como él se alejaba de mí para apretar un botón y ver como la verja se abría sola, el coche paso rápido y salpico un charco que ni siquiera sabía que estaba ahí hasta que recibí toda el agua sucia en mi cuerpo. Mande a la mierda en silencio a la persona que conducía ese coche que no logre ver y quejándome en susurros la puerta volvió a cerrarse. Gire mi vista para mirar al de seguridad que aguantando su risa me volvía a decir.
- Lo siento señora pero no….
- Escuche a lo mejor está por mi nombre completo, Evelyn Renee O’Connor o Evelyn O’Connor o….
- Déjala pasar Santi, es la chica norteamericana que esperábamos, ¿recuerdas que te lo comente?-. A nuestro lado caminando se acercaba un hombre delgado, pelo blanco, mirada tranquila, serena, se presento
- Hola señorita O’Connor, soy Sam, espero no le haya dado muchos problemas Santi, él cuida muy bien a nuestros trabajadores
- Hola, soy Renee, me puede llamar Renee-. La vergüenza por encontrarme en ese estado de contrariedad, toda empapada ante mi futuro jefe comenzó a salir por mis mejillas que las sentí calientes y mas maldije en silencio al tipo que me ocasiono eso
- Bien, pues….Renee, ¿que le ha pasado?-. Me iba preguntando mientras la puerta se abría y entrábamos juntos caminando
- Un coche pasó a mi lado rápido y….-. Vi que el coche estaba aparcado no muy lejos de nosotros pensé en decirle que había sido ese coche pero, ¿para qué?, eso no era una escuela para acusar a nadie

Pensé en olvidarlo y mucho más cuando él amablemente me llevo hasta el almacén de ropa y después de presentarme a la mujer encargada le pidió que me prestara algo para pasar el día. Él se marcho diciéndome donde debía ir cuando me cambiara y veinte minutos después con ropa seca, unos vaqueros y una camiseta con el eslogan de la producción, fui a donde me indico.
Cada persona que veía a mi paso la saludaba, y les sonreía, ellos contestaban con un saludo dudoso, me daba la sensación que no estaban acostumbrados, ¿que pasaba en este país?, ¿acaso aquí nadie se daba los buenos días o un mínimo saludo de cortesía?, era rara la sensación pero en fin yo siempre he pensado que las normas las rige una persona individual y a mí me habían educado a saludar a todo aquel que estaba frente o pasaba a tu lado. Llegue al lugar indicado que era una oficina doble con un gran escritorio, su silla estaba ocupada y era por Sam, después de pedir permiso entre y me senté esperando que él me dijera algo.

- Debemos antes esperar a Robert, llegara en seguida-. Volvió a reinar el silencio
- Claro….-. Yo no sabía quién era el susodicho que me había nombrado pero no tarde en averiguarlo por que entro por la puerta
- Hola soy Robert, pero puedes llamarme Rob si te apetece-. Me decía sentándose a mi lado en una silla rápidamente-. – Sam tengo prisa, tengo asuntos que arreglar ¿para qué me hiciste venir?
- Rob, ella es la chica que interpretara a Gabrielle
- Perfecto, eso es algo que ya se, ¿y para eso me haces venir?
- Si, quería que la conocieras personalmente, me gustaría que…
- Sam…-. Giro su cara hacia mí-. – Señorita O’Connor, me alegro mucho que este aquí y todo eso pero debo marcharme en otra ocasión ya….-. Se levanto y salió del despacho con una despedida de mano
- Espere un segundo en seguida regreso-. Sam le siguió y escuche como detrás de la puerta le decía que debía comportarse mejor conmigo, que debía presentarse como Dios manda y no a lo loco y con esas prisas, Rob le recrimino que me contratara sin consultárselo antes y comenzaron una discusión que yo mejor no quise escuchar así que me levante y me aleje a la ventana a mirar a través de ella-. – Siento lo ocurrido Renee-. Sam regreso nuevamente junto a mí-. – Son problemas personales entre nosotros
- Escuche Sam, yo no deseo crear problemas, yo solo vine porque me informaron de que…
- No los está creando, no se preocupes por eso, usted firmara ahora su contrato, Rob está algo nervioso, le haremos unas pruebas junto a la protagonista de la serie, conoce ya a la señora Lawless?
- No, no tengo el placer de conocerla
- Venga conmigo entonces, así ya hacemos la prueba directamente, y se la presento oficialmente, ella está ensayando
- Bien

Ambos salimos de su despacho me llevo por varios pasillos, en algunos había puertas a los lados y podía ver que algunas puertas estaban entreabiertas y veía a gente utilizar espadas, ensayando movimientos, había cables en el suelo tirados, cajas de todo los tamaños, de todo nos íbamos encontrando a nuestro paso, cosas inverosímiles. Por fin llegamos a nuestro destino, el abrió unas puertas grandes negras y me ofreció paso primero a mí, a lo lejos escuche una voz que pedía repetir, y repetir otra vez el ensaño por qué no salía como estaba previsto y entonces fue cuando logre ver a la persona que vestía un traje de cuero con una espada entre sus manos amenazando a un hombre que estaba en el suelo, no podía creer lo que mis ojos veían pero era ella, era Lucy.

Me detuve en seco, quede completamente inmóvil, mis piernas no me respondían, Sam regreso junto a mi preguntándome si me encontraba bien, respondí pero seguía sin moverme aun de la sorpresa de ver que era ella, mi vecina, la madre de Daisy, no podía creerlo, esto tenía que ser un sueño de esos locos que seguro despertaría en cualquier momento, pero no, no lo hacía, así que debía de ser verdad.
Sentí que Sam me cogía del brazo y quiso ayudarme a andar, me gire a mirarlo que sonriéndole le dije que estaba bien que solo había sido…no sabía que decirle volví a quedar en silencio, acabe diciéndole que no era nada y comencé a caminar junto a él.

- Lucy….-. Le grito antes de que comenzaran otra vez a rodar, ella giro la cara hacia nosotros-. – ¿Puedes venir unos minutos?-. No contesto nada, solo camino hacia nosotros-. – Mira quiero presentarte a…
- ¿Renee?, ¿que haces aquí?-. Pregunto algo más que sorprendida, aunque ella si podía hablar mejor que yo y no se quedaba como tonta embobada
- ¿Ya os conocíais?-. Él me pregunto extrañado ya que le había dicho que no conocía a la señora Lawless
- Sí, bueno, es que ella es….-. Quería justificar algo por que no quería que Sam pensara que era una bromista o algo peor una mentirosa
- Soy su vecina Sam-. Continuo ella sonriente
- ¡Vaya!...que coincidencia ¿verdad?-. Nos miro a ambas-. – En fin chicas, como ya veo que os conocéis y todo lo demás, te la encargo Lucy, enséñale todo esto y como van las cosas, ¿podrás?
- Claro, será todo un placer enseñarle a esta señorita lo que quiera, ven Renee, me encargare de ti jajá…

Ambas riendo fuimos de un lugar a otro enseñándome las cosas básicas, la zona de vestuario, los horarios, los camerinos, la sala de reuniones, la sala de lectura de guión, la cafetería, en fin nos pasamos prácticamente todo el día enseñándome todo, hicimos las pruebas necesarias juntas y por separado, era un excelente actriz, buenísima, como casi ninguna me había topado en mi carrera, comimos juntas y ella se había ofrecido a llevarme a casa así que acepte encantadísima. Ibamos en silencio hacia el aparcamiento y al ver en el coche que ella introducía su llave en vez de enfadarme decidí reír en una gran carcajada.

- Vale, menos mal que eres mas alta y mas fuerte que yo, por que si no te mataba ahora mismo-. Ella en este día me había permitido tenerle cierta confianza que yo le ofrecí también, era algo extraño pero parecía que la conocía de toda mi vida
- Bueno, te lo puedo permitir si me informas de que me estas hablando jaja-. Ella abrió su puerta para no entrar mientras seguía esperando que yo le respondiera sin dejar de mirarme
- ¿Puedo fiarme de que conduzcas bien hasta tu casa?
- Espero que si, llevo bastantes años al volante, pero…¿por que me preguntas eso?
- Por que vas como loca sin mirar a quien puedes ensuciar en el camino
- Insisto Renee no entiendo que…
- Recuerdas que mientras me mostrabas la sala de cafetería te comente que había tenido el contratiempo de que me empaparon y….
- OH, vaya, no me digas que….
- Si, fue tu coche, bueno, tu-. La señale con la mirada sonriendo
- Lo siento, lo siento, jamás pensé….-. Su cara cambio de una sonrisa saco una mirada triste, de culpabilidad, hasta me hizo sentir culpable de estar recriminándole
- No, no, discúlpame Lucy, yo…no quería que…bueno, oye, vamonos ya mejor….

La observaba en silencio desde la puerta de mi casa mientras introducía mi llave para entrar. Ella hacia lo mismo para entrar a su casa mientras me sonreía y me despedía con su mano a lo lejos. Minutos antes mientras veníamos en su coche, prácticamente no había dejado de hablar de la sorpresa ocurrida en el trabajo, de las coincidencias de la vida y seguía disculpándose por la ducha improvisada que me dio sin querer. Ya no estaba ante mi así que entre en casa con mi cabeza llena de imágenes suyas, eso no me gustaba, no me gustaba nada sentir esa sensación tan….tan a gusto de sentirme para con una mujer. No debía sentir nada con respecto a mi compañera de trabajo, eso no era correcto.

Trate de sacármela de la cabeza mientras me duchaba y me vestía con ropa cómoda para salir a cenar, aun no tenia nada en casa de comida, definitivamente mañana mismo debía ir a comprar no podía estar gastando diariamente comiendo en la calle y mas por que siempre había pensado que la comida casera era la mejor. Salí cerrando con llave mientras caminaba por el pasillo vi que la puerta de Lucy se abrió y ella aun sin salir completamente le decía a alguien que enseguida regresaba, antes de que lograra cerrar la puerta completamente visualice que le hablaba a un hombre muy bien parecido que mientras se acomodaba en el sofá encendía la televisión con el mando a distancia.

- Hola nuevamente-. Me sonreía cerrando la puerta de su casa
- Hola Lucy-. Le decía mientras hasta yo misma me sorprendí de lo que estaba sintiendo dentro de mi, celos
- ¿Vas a salir?
- Si, voy a cenar algo, aun no he podido comprar nada, ya sabes, el trabajo me mantuvo muy ocupada
- Que casualidad yo precisamente iba a comprar también, ¿quieres que te lleve?, conozco un supermercado que cierran mas tarde y esta muy bien
- No quiero molestarte, supongo estas muy ocupada-. Le concluí para ver si me decía algo sobre el tipo que vi antes
- No, para nada, Daisy esta acompañada tengo tiempo de ir, venga vamos
- Esta bien

Finalmente acepte y si tenia razón, el supermercado estaba muy bien pero en mi cabeza seguía estando ese hombre que había visto y que no me había gustado nada. Pero todo lo que mi cabeza pensaba era una locura tras otra, ella se había portado muy bien conmigo, apenas la conocía, debía pensar en otras cosas, yo estaba ahí para trabajar unos meses y ya esta, luego regresaría a mi hogar, pero ella había conseguido que en dos días traerme loca ¿por que?, ¿por que me hacia sentir eso?, ¿que tenia de especial para que yo me sintiera atraída por ella?, en mi se habían despertado sensaciones nuevas, desconocidas.
Después de esa noche solo la veía lo imprescindible en el trabajo, no quería atormentarme, ni pretendía meterme en su vida, ella estaba casada probablemente, tenia una hija preciosa y una vida estable y bien. Yo debía de dejar de sentir eso de una buena vez, esa química o lo que demonios fuera.

Los meses se me habían pasado rápido, mi vida estaba centrada en el trabajo y alguna actividad extra que hacia para entretenerme como el gym o actuaciones benéficas en una asociación que había encontrado por casualidad. En unos días ya dejaría de verla por fin, la seguía observando a través del cristal mientras estábamos cambiándonos en camerinos, el día había acabado y mi contrato estaba por terminar, si, era mejor así, no quería que mi corazón siguiera sufriendo más. A veces me encontraba a ella o a Daisy con su padre caminando por el pasillo del edificio pero me dedique a darle una sonrisa de cortesía y nada más.

- ¿Ha sido un día largo verdad?-. Me decía sin mirarme sentándose en una silla mientras se ponía sus zapatos
- Si jaja…pero tu hoy te has reído mucho a mi costa
- No mucho jaja, solo lo necesario
- Ya te voy a dar yo necesario-. Le tire un calcetín hacia su cara pero ella lo cogio con la mano-. – Algún día te voy a sorprender y no podrás evitar recibir el golpe-. Le decía en broma al ver que mi calcetín no había llegado a su destino
- Ya me has golpeado, lo que pasa es que tu misma no te has dado cuenta-. Su mirada fija me estremeció
- No entiendo a que…..
- Chicas, ¿estáis visibles?-. Preguntaba a gritos Ted a través de la puerta
- Si-. Contesto Lucy levantándose y abriéndola. Yo quedé inmóvil aun con esas palabras resonando en mi cabeza, pero que no las entendía, y eso no me gustaba, pensaba en las bromas que yo había tratado de hacerle a ella y jamás me habían funcionado
- No pueden irse, las llaman en dirección, deben hablar con ustedes
- ¿A esta hora? ¿Y que quieren?-. Preguntaba Lucy mientras dejaba entrar a Ted en la habitación, yo acabe de vestirme mientras él negaba con la cabeza a su respuesta
- Vamos Ted, ¿como no vas a saberlo? Tú siempre lo sabes todo, siempre sabes como enterarte de las cosas-. Intervine en la conversación, Ted era un compañero nuestro en la serie, es un actor fabuloso, con mucho carisma y me hice muy amiga de él, iba a extrañarlo mucho cuando regresara a mi país
- Ren preciosa, esta vez te digo la verdad, no tengo ni idea solo me han mandado a llamaros
- Esta bien, pues no hagamos esperar a los jefes-. Me guiño un ojo Lucy sonriente
Los tres juntos caminamos por el pasillo mientras seguíamos con bromas y mas bromas, yo no podía parar de reír junto a Ted y así entramos Lucy y yo riéndonos mientras Ted se despidió de nosotras yéndose a su casa, él no había sido requerido por los jefes.
- Me alegro que estéis tan contentas pero podéis sentaros para hablar algo seriamente-. Decía el productor Rob serio sin levantar la vista hacia nosotras mientras continuaba leyendo un papel sentado en su escritorio
- Bueno chicas-. Intervino Sam que estaba de pie junto a Rob después de que nos callamos y nos sentamos frente a ellos mirándonos sin saber aun de que se trataba-. – Al parecer, ya llegaron los resultados de esta primera temporada y todo a sido mucho mejor de lo que esperábamos
- Si-. Rob nos miro a ambas para proseguir-. – Y debemos felicitaros por que parte de todo estas favorables graficas es por ustedes dos
- ¿Y cual es el problema Rob?, por que por la forma en que nos estas hablando y tu seriedad parece que no te gustara-. Lucy lo enfrento como otras veces, era la única que lo hacia.

Rob era el productor mas serio que yo me había topado en mi carrera y en esta ocasión nadie del equipo se enfrentaba a él, bueno si, solo una persona, Lucy, ella siempre defendía sus propuestas y sus comentarios, tal vez por esa cuestión él se enamoro de ella. Todo el equipo, incluida yo aunque me molestara, nos habíamos dado cuenta de que hacia unos meses Rob sonríe algo mas, estaba mas tranquilo laboralmente y se ponía nervioso cuando estaba en presencia de Lucy. Si, el productor se había enamorado de ella, mas a veces se lo decíamos y ella lo negaba constantemente.

- No hay ningún problema Lucy-. Contesto Sam al ver que Rob no respondía a sus preguntas
- Bueno tal vez podría haber uno-. Rob se relajo sacando una sonrisa-. – Renee, tu podrías ser el problema-. Dejo el papel que tenia entre sus manos cerca de nosotras, Lucy lo tomo observándolo
- ¿Yo?-. No me interesaba ese papel, solo quería saber que había hecho mal, pensaba que mi trabajo era bueno, eso era lo que me habían dado a entender tiempo atrás
- Si, tu-. Me señalo Sam con la mirada-. – Tu trabajo a sido muy bueno y el problema es que tu contrato acaba en poco tiempo y no deseamos eso
- Bien, pensé que…
- Mira Ren-. Lucy me paso el papel, mientras lo observaba Sam continuo hablando
- Por lo visto a la gente le encanta el personaje de Gabrielle y de que estén juntas las dos, de esa amistad. Por lo tanto tenemos una oferta que hacerte Renee-. Deje de mirar el papel para mirarlos a ellos dos-. – Toma…-. Me dio una carpeta color amarilla-. – Dentro va un futuro contrato, una oferta que queremos hacerte, estúdiala, mírala bien y lo mas pronto posible nos das una respuesta por favor
- Vaya, que bien, ojala decidas aceptarla-. Lucy paso su mano por mi antebrazo-. – ¿Pero por que me habéis requerido aquí a mí si esto es más bien para convencer a Renee de que se quede?-. Ella los miraba directamente
- Como abras podido leer un poco….-. Rob se levanto a servir algo de tomar para todos que aceptamos beber un refresco, continuo hablando-. - La audiencia es alta y la gente que mas ve la serie es….
- Homosexual…-. Acabo ella la frase, yo que estaba mirando por encima mi nuevo contrato sorprendida la mire a ella que seguía pendiente de lo que Rob hablaba
- Así es….y si Renee acepta quedarse con nosotros queríamos saber si hay algún problema con que la relación entre Xena y Gabrielle cambie un poco
- ¿Cambiar?-. Por ahora ya no me interesaba leer por encima mi contrato nuevo, quería saber a que se referían exactamente y cerré la carpeta prestando toda mi atención a la conversación que ambos tenían
- Así es Lucy, queremos cambiar los guiones, bueno…solo variarlos un poco nada más. Estamos pensando en que Xena tenga una relación con Gabrielle
- ¿Que? ¿Os habéis vuelto locos?, por el amor de Dios, esto no es una serie sobre lesbianas, es una serie de la antigua Grecia, de….
- Tranquila Lucy…-. Sam se acerco a nosotras y se sentó en la punta del escritorio de Rob-. – No vamos a hacer que tengan una relación lesbica, lo que Rob trato de decir es….
- Que quiere ver a Xena y Gabrielle juntas en una cama en situación amorosa-. Se levanto de su asiento-. – ¿Que pasa chicos?, es lo único que deseáis ver ¿no? ¿A dos mujeres haciéndolo?, disculpadme no tengo tiempo para esto…-. Y sin mas salió pegando un portazo, los tres quedamos en silencio mirándonos
- ¿Pero que le pasa?-. Rompió el silencio Rob
- No lo se, pero voy a averiguarlo
- No-. Detuvo el paso de Sam-. – Déjala, mejor hablamos mañana con ella-. Giro a mirarme-. – De todas formas aun debemos esperar para ver si Renee acepta el contrato. Ha sido un día también muy agotador para todos, estamos cansados-. Me levante de mi asiento, aun no reaccionaba por lo ocurrido
- Toma Renee…-. Sam me dio unos cuantos folios más-. – Estudia también esta propuesta, no queremos que pienses al igual que Lucy que la situación será diferente entre sus personajes, solo es una nueva novedad, lee bien los gráficos y...en fin todo esta escrito aquí…-. Los metí en la carpeta junto al contrato
- Buenas noches-. Fue lo único que dije y salí del despacho

Llegue a casa pensando en todo lo ocurrido, deje en la mesa del salón la carpeta y mientras dejaba en la cocina una comida haciéndose a fuego lento me metí en la ducha. Acabe rápido no quería que la cena se me fuera al traste quemándose. Después de cenar, recogí los platos y limpie la cocina, sentándome en el sofá abrí la carpeta. El contrato estaba muy bien, era para un año más con opción a ampliarlo, con muchos gastos pagados y un aumento de sueldo.
Cerré la carpeta pensando en que hacer, ¿iba a dejar a mi gente por tanto tiempo?, ¿como iba a vivir así? ¿Y mi familia?, ¿mis costumbres?. Bueno, podía adaptarme, y a mi familia podría verla en vacaciones…me incorpore al oír un par de golpes a mi puerta.

- ¿Puedes creer lo que quieren hacer a nuestros personajes?-. Lucy vestida en bata blanca y el cabello mojado estaba ante mi
- Hola Lucy, pasa…-. Le cedí con mi brazo, ella accedió-. – ¿Quieres tomar algo?
- Algo caliente, tengo algo de frío
- No me extraña nada, estas loca, ¿por que sales después de ducharte?, vas a enfermarte-. La vi sentarse en el sofá mientras yo puse en el fuego agua a calentar para prepararle un te, cuando regrese…
- Es que llegue a casa enfurecida, siento lo que ocurrió amiga pero…es que no dejo de darle vueltas a todo, no podía dormir y pensé que una ducha me tranquilizaría pero no fue así y creí que hablando contigo pues….-. Me senté junto a ella en el sofá-. – ¿A ti te parece justo lo que quieren hacer?
- Pues no se si sea justo o no por que aun no hemos visto lo que realmente quieren. Lucy, me dieron los papeles para revisarlos bien y creo que deberíamos verlos antes de juzgar en algún aspecto y…-. El sonido de que el agua que estaba caliente me interrumpió-. – Discúlpame enseguida regreso….
Llegue a la cocina y prepare dos te sabor menta-fresa, era algo típico de la tierra de mi madre, eso seguro la tranquilizaba bastante, cuando regrese con mis manos ocupadas por las tazas, la vi revisando los papeles que estaban en la carpeta.
- Lo siento, no quería….solo estaba…
- No te preocupes-. Me senté a su lado una vez más-. – Toma…
- ¿Que es?-. Me pregunto extrañada mirando el color raro que el te tenia
- Un remedio para los nervios jaja…-. Me reí por su reacción, lo miraba desconfiada-. – No te preocupes, es un remedio casero de donde proviene mi madre, solo es un relajante
- Pero no será nada raro ¿verdad?
- Jajaja….no, es un te típico del pueblo de mi madre, tómalo te hará bien para tranquilizarte-. Tomo un sorbo, yo la seguía observando para ver su reacción, me gustaba mucho verla sonreír
- Esta bueno, la pinta del liquido no es muy fiable pero si, esta bueno
- Que bueno que te guste-. Tome un sorbo de la taza-. – ¿Y ahora que me dices de lo que has leído en la carpeta?
- Oh, lo siento Ren, yo solo…
- No te preocupes Lucy, ¿leíste el contrato?
- Por encima amiga, es una buena oferta ¿no crees?
- Si, lo creo, antes de que llegaras la estaba revisando y me parece muy buena, pero eso de dejar a mi familia tanto tiempo, no se, aun estoy pensativa
- Me lo imagino, pero quiero decirte que para mi seria un honor que te quedaras con nosotros, eres una actriz estupenda y una buena amiga
- Gracias Lucy-. Quedo en silencio fijamente mirándome, sin pestañear, me avergonzó, mis mejillas las sentía calientes, me sentía turbada y ella no debía darse cuenta-. – Bueno, a ver que es lo que dicen los gráficos y demás
Veinte minutos después y ya mas tranquilas por el te, seguíamos hablando de lo mismo y ella insistía en lo que realmente pensaba que querían que ambos personajes fueran algo mas que amigas para satisfacer al publico homosexual.
- Lucy eres una persona cabezona y te gusta mucho discutir
- No es cierto, solo es que…
- ¿Que?, eres una actriz fantástica y se que eres muy versátil a la hora de trabajar, tu has interpretado antes a un personaje lesbico, no es la primera vez, se que no eres actriz de poner impedimentos a la hora de interpretar ciertos tipo de personajes, ¿que mas te da si ambos personajes sienten algo mas profundo dentro de ellas?
- ¿Que mas me da?-. Su mirada en ese momento se desvió a un espejo de cuerpo completo que tenia en el salón-. – Ven…-. Tiro de mi brazo llevándome frente al espejo-. – Ponte aquí…-. Me indico tomando mis brazos situándome en el centro del espejo, ella se retiro para verme sola ante el-. – Ahora piensa que eres Gabrielle, ¿que ves?
- Mi reflejo-. Conteste tranquilamente mirándome. Ella después de mi respuesta se coloco detrás de mi, su altura sobrepasaba mi cuerpo y mire sus ojos a través del espejo
- ¿Y ahora que ves Gabrielle?-. Me pregunto mientras pasaba sus brazos por mi cintura abrazándome y apoyando su cara en mi hombro sin dejar de mirarme a través del espejo
- A la mujer que me esta enseñando cosas en mi nueva vida, a la mujer que es mi mejor amiga, a la mujer que amo sin medida, ella me esta abrazando y eso me satisface mucho-. Ella se mantuvo en silencio al igual que yo, en esa postura, sin movernos mi cabeza se volvió loca al pensar que le acababa de confesar mis sentimientos por que no había hablado Gabrielle, había hablado mi corazón
- Vale…-. Deshizo el abrazo y se alejo-. – ¿Sabes algo? Creo que se equivocaron al darte trabajo como actriz, deberías dedicarte a escribir por que esas frases son muy bonitas y con mucha ternura
- Bueno, tal vez algún día escriba algo en el futuro-. Me gire para verla de frente-. – Pero sigo sin entender el por que de lo que acabamos de hacer, ¿que querías mostrarme?
- Nada, soy una persona que tiende a utilizar el espejo para ver si las cosas funcionan bien, metiéndome en el personaje que interpreto
- ¿Y que has averiguado?
- Que Xena se ve muy bien con Gabrielle y que si, siente algo especial por su mejor amiga-. Su mirada se fue al suelo tímidamente
- Mas le vale por que Gabrielle lo ha dejado todo por ella, espero que no la traicione jaja….-. Quise ponerle algo de broma a lo que se estaba convirtiendo en algo que no me gustaba mucho
- ¿Como lo harás tu si decides aceptar el contrato?-. Esa pregunta seria de ella me descoloco-. – Es tarde Renee, me voy a casa…

Y sin más se fue, sin esperar respuesta alguna, sin saber a que se refería realmente, ella me estaba volviendo más loca pero debía reconocer que eso me estaba comenzando a gustar. ¿Tal vez tenia alguna esperanza en algo?. A lo mejor la cosa podía variar, pero no, no podía ser, ella estaba casada, ella tenía una hija.
Acepte el nuevo contrato, me gustaba los desafíos y este lo era tanto personalmente como profesionalmente, al principio tenia muchos miedo pero debía superarlos y lo iba a conseguir ¿luchando por lo que creía o realmente era por lo que quería?. Una semana después Lucy estaba mucho mas tranquila respecto a que nuestros personajes y los guiones comenzaron a tener subtexto y poco a poco los guionistas fueron acercando a nuestros personajes, la amistad se fue estrechando entre ambas amigas. Ese día estaba muy cansada para salir a comprar y me faltaba azúcar para un café que quería tomarme para aguantar un poco mas mientras estudiaba una escena. Como estaba en pijama me puse rápido unos vaqueros y una camiseta y me fui a casa de Lucy para ver si podía darme un poco. Me sentía feliz por que aunque fuera poco la iba a mirar un poco más pero mi cara entristeció al ver a la persona que me abrió la puerta, era él, su marido.

- Hola, supongo eres Renee la compañera de trabajo de Luce ¿verdad?, me ha hablado mucho de ti-. Me dio la mano y yo aunque no quería le correspondí, mi madre siempre me dio una buena educación
- Si-. Vaya, ¿y que hacia Lucy hablar de mi con la gente?-. – Siento interrumpir, ¿esta Lucy?-. No deseaba seguir hablando con él
- No, salio un momento-. Su sonrisa falsa no me gustaba nada, mas lo miraba y peor me caía-. - Pero si quieres le digo que llegaste y….
- No hace falta, solo quería pedir un poco de azúcar, me falta y…
- Claro, espera ya te la traigo-. Se iba marchando hacia su cocina
- No, en serio no hay…
- Toma…-. Me saco un azucarero de barro color marrón
- No, disculpe, solo necesitaba un poco, para una taza, no me gustaría que su mujer se enfadara conmigo por quitarle todo el azúcar jaja….
- ¿Mujer?, discúlpame, tu preguntas por mi hermana ¿verdad?
- ¿Hermana?
- Si, por Lucy ¿no?
- Por eso nunca he querido presentártela Paul, ¿ya estas tratando de conquistarla?-. Lucy llegaba en ese instante con una bolsa blanca en su mano izquierda
- Ven aquí cariño mío-. La tomo por la cintura atrayéndola hacia él para abrazarla
- ¿A que se debe tanto cariño?-. Ambos sonreían y yo seguía impactada por la información recibida
- Aquí tú amiga-. Él me señalo-. – Pensaba que éramos matrimonio
- ¿Que?-. Ella dejo de sonreír y lo aparto-. – No, no Renee, él es mi hermano Paul, es un conquistador por eso precisamente no quería que lo conocieras y como su ultima novia lo ha echado de casa pues esta aquí por unos meses hasta ver si se arreglan o se va ya…-. Eso lo puntualizo mirándolo a él
- Si, mi hermanita es muy celosa y no quiere que…
- Toma-. Le dio la bolsa cortándole la conversación-. – Mete esto dentro de la casa y déjame hablar a solas con mi amiga
- Esta bien…-. Y a regañadientes mientras entraba en la casa seguía hablando-. – Pero tal vez deberías decirle a tu amiga todo lo que hablamos de ella y…-. Su voz se apago cuando Lucy cerro la puerta
- Hablas….¿hablas de mi?-. No me gustaba que la gente hablara de mi y mucho menos si se llamaban mis amigos
- No es lo que parece Ren, yo…
- Toma tu azúcar Lucy, es mejor dejarlo así y ya…-. Me di la vuelta caminando a mi casa
- Espera Renee, en serio no es lo que crees, mi hermano…
- Que por cierto podías haberme dicho que era tu hermano, se supone que somos amigas ¿que pasa Lucy?, ¿te avergüenza tener una amiga extranjera o….?-. Le reprochaba sin pararme llegue hasta mi puerta para concluir-. – Da igual, no me contestes, vamos a dejarlo como esta…-. Iba a cerrar la puerta cuando ella la detuvo con su mano y se metió en mi casa cerrando la puerta.
- Toma el maldito azúcar…-. Lo puso sobre el pollete de la cocina, para continuar hablando con un tono más elevado-. – Y vas a escucharme quieras o no, por que no me gusta las confusiones y quiero explicártelo
- Lucy, quiero que te marches de mi casa
- No me voy a ir hasta que me escuches
- Esta bien, pero baja tu tono de voz por que no eres quien para gritarme ¿entendiste?-. Me cruce de brazos delante de ella
- De acuerdo-. Su tono fue menguando-. – Ya sabes el por que no haberte presentado a mi hermano, como te explique es un conquistador y no quería que él te molestara tratando de estar contigo
- ¿Por que crees que haría eso?, ¿por que crees que…
- Por que eres hermosa-. Esa respuesta me hizo callar-. - Escucha, y hablo de ti por que no puedo evitar hacerlo, por que no solo hablo con mi hermano de ti, he hablado de ti con toda mi familia, con mis amigos, con los compañeros del trabajo, con…con todo el mundo ¿y sabes por que es?, por que no logro sacarte de mi mente, por que estas metida aquí-. Se señalo su cerebro con un dedo-. – Y por que maldigo el día en que te metiste aquí-. En esta ocasión su dedo estaba quieto en su corazón
- Lucy…yo…-. ¿Estaba en su corazón?, ¿me quería?, ¿me amaba?
- No me digas nada, yo solo quería explicarte lo ocurrido nada mas, no quiero que te lleves una impresión equivocada sobre mi persona eso es todo-. Se giro para salir en ese instante, pero no la iba a dejar marchar así como así, quería confirmar lo que mi corazón ya sentía por ella-. – Ven conmigo….-. Le tome la mano y la arrastre hasta mi espejo que estaba en el salón, la coloque tal cual me había hecho ella tiempo atrás-. - ¿Que ves?
- Mi reflejo-. Ella contesto sin mirarme, fijamente estaba pendiente de su reflejo en el espejo y su mirada denotaba lo que yo pensaba hacer, me coloque delante de ella tome sus manos para que me abrazara por la cintura y volví a preguntar
- ¿Y ahora que ves….Lucy?-. No quería llamarla Xena por que no quería la respuesta de ella, quería la respuesta de Lucy, la mujer que me había enamorado desde la primera vez que la tuve frente a mí, sin ni siquiera saber que seria mi compañera, mi amiga….
- Estoy viendo a la pareja ideal, a la mujer de mis sueños, aunque se que eso jamás podrá ser una realidad
- ¿Por que?-. Le preguntaba sin soltarla y mirándole a través del espejo
- Por que el amor que existe entre nosotras jamás podrá ser revelado, por nuestro trabajo, por nuestras familia y amigos, por que en este mundo no hay espacio para este amor
- ¿Y que tal si construimos un mundo nuevo para este amor?

La respuesta a esa pregunta fue la mejor que me habían dado hasta ese momento en mi vida. Ella giro todo mi cuerpo sin llegar a soltarme y me dio uno de los besos más dulces que había recibido hasta ahora, la ternura depositada en ese beso me hizo estremecer y le correspondí como ella se merecía, con cariño, ternura y amor.
La observo dormir después de una noche de pasión y amor que pudimos realizar en nuestro mundo construido, se que cuando despierte todo será real y volveremos al mundo ocupado por los demás, pero no me importa por que tengo fe en que este mundo construido con amor triunfara y volverá a nosotras y pensándolo bien, ¿que mas da Renee?, tienes aun varios años de contrato para disfrutarlo.

FIN


DESEANDO QUE TODAS TANTO BARD@S COMO LECTOR@S DE FANREALS DISFRUTEN ESTE DIA DE ANIVERSARIO.
FELIZ 4 DE SEPTIEMBRE DE 2009.

(Español) Noche en soledad

NOCHE EN SOLEDAD
By LadyAxR


¡Maldigo la hora en que nos presentaron!, ¡maldigo la vez que te mire a los ojos por primera vez y me fije en tu mirada!, ¡maldigo el momento en que me regalaste tu primera sonrisa! Y….!maldigo mi corazón por sentir lo que siento por ti!, mis lagrimas salían de mis ojos mientras en silencio seguía maldiciendo por este desamor que tenia en mi vida, dentro de mi, hirviendo mi sangre, no respetando mis voluntades, queriéndose adueñar de todo mi ser, no quería sentir este gran sentimiento por ella pero algo me decía que si, que lo sintiera y ese no era otro que mi estupido corazón, que se negaba a obedecer a mi cerebro y me hacia sentir cosas ardientes, sensaciones desde antaño, tanto tiempo llevo guardado el sentimiento que me esta matando lentamente, que muero de pena sintiéndome en un mar revuelto y a veces en calma.

- Cariño, los niños ya se durmieron pero….-. Jed entraba como casi siempre sin llamar al baño junto a mí-. – ¿Que te pasa cariño?-. Su mano se deposito en mi hombro consolándome unas lagrimas que debía ocultar su motivo original
- Nada, todo esta bien-. Me aparte de él secándome mis lagrimas con ambas manos, Salí del baño siendo seguida a pocos pasos de él
- Vamos, no me digas que nada, se que algo ocurre, llevas así bastante días. Cuando comenzamos nuestra relación me dejaste las cosas claras, sin ataduras cien por cien pero….
- Jed, no soy yo la única que esta rara últimamente así que márchate a tu casa-. Seguí mi camino hacia la cocina a servirme una copa de vino pero intuía que esa no seria una noche fácil
- Cariño, no entiendo que es lo que te pasa si no me lo cuentas, háblame, necesito oírte decir lo que pasa por tu interior, necesito que me digas, pensé que esta noche me iba a quedar aquí contigo y ahora me dices que me marche, ¿por que?
- Por que deseo estar sola-. Le dije sin ni siquiera mirarle mientras me dirigí al patio a sentarme a tomar un poco de aire fresco
- Renee, por favor, debemos hablar, tenemos una hija en común, una relación, un…
- Jamás te prometí nada, sabias perfectamente que nuestra relación seria con libertades y sabes que nunca te pondré impedimentos para que veas a tu hija y….Jed, por favor, hazme caso y márchate, esta noche necesito estar a solas
- Esta bien, pero te digo que es posible que busque fuera lo que no tengo aquí-. Mi mirada que estaba perdida al cielo oscuro de la noche se dirigió a la suya enfrentándola
- ¿Es una amenaza?
- No, es un hecho que puede llegar a pasar si no…
- ¿Si no que?, por favor Jed, ya se que has estado viendo a otras antes y sabes bien que me lo he callado, es mas, creo que ya lo has encontrado, ¿o me equivoco?
- Es posible pero tal vez esta vez no regrese
- Ya sabes donde esta la puerta…-. No aparte su mirada de él
- Perfecto entonces me marcho…-. Su caminar lo llevo hasta la puerta, que dando un portazo salio apresuradamente

Ni me inmute, lo vi marcharse y ni lo sentí, no era la primera vez que discutíamos, eran continuas las veces que ambos nos decíamos que íbamos a terminar, que no deseábamos estar juntos, pero luego volvíamos a sentirnos atraído el uno por el otro, tal vez por comodidad, tal vez por que teníamos una hija en común, pero eso ya me estaba cansando, ya no deseaba esa vida así, de unas veces si y otras no.
Mi vida se me estaba desmoronando otra vez, todo lo construido volvía a caerse como cuando uno hace un castillo de naipes y si pones mal una aunque sea un milímetro todas caen sin remedio. Quería hacer una vida normal, con un amor, con mi familia he hijos, con mis amigos pero no podía lograrlo y me sentía furiosa por una parte con ella, por que mi mejor amiga me hacia sentir todo ese amor en mi corazón y me sentía furiosa por mi, por que trataba de evitarlo, quería lograrlo pero no podía, no conseguía lograrlo, a pesar de todo el tiempo transcurrido, todos los años pasados seguía en la misma ralla, entre el bien y el mal por amar a esa hermosa mujer.

Bebí mi último sorbo de mi copa y fui a la cocina a por una mas, esa noche la quería para mí, en soledad. Cuando me la serví la deje en la mesa del salón mientras iba a ver a mis hijos. Abrí la puerta del cuarto de Miles y descansaba tranquilamente, me marche a ver a Iris y al igual que su hermano descansaba bien, cuando regrese prácticamente en silencio me cerciore que la puerta principal estaba bien cerrada por si a él en sus prisas de salir no lo había hecho, tenia razón ya que el candado no estaba puesto, cerré todo como se debía y entre nuevamente, recogí mi copa de la mesa y volví a salir a sentarme donde estaba anteriormente.


Mire mi reloj después de dar dos tragos a mi copa de vino seguidos, marcaban las once de la noche y agradecí que por ser viernes tenia el fin de semana libre, aun no tenia decidido que hacer en esos dos días que tenia por delante, por norma general sacaba a mis hijos junto a Jed a pasear, claro que con la discusión de esta noche seguramente eso seria algo que no iba a hacer. Mi mente volvió a divagar en el pasado y mis lágrimas volvieron a surgir a pesar de que no deseaba seguir llorando, quería retenerlas para que no salieran pero no lo conseguía y el vino no me estaba ayudando a ello. Pensaba en mi presente y lo tenía todo menos el amor deseado, volví a maldecir mi suerte, mi infortunio de querer y no poder, de desear y no tener.

Debía cambiar mis pensamientos, pensar en otras cosas en lo que fuera menos en ella, pero a mi cerebro siempre venia su imagen una y otra vez se me repetían sus hermosos ojos azules, su sonrisa sincera, su cuerpo bello que deseaba abrazar, con ternura, con cariño, con pasión. El teléfono me saco de mis pensamientos, haciendo que me levantara rápido para que no despertara a mis hijos y a la misma vez preguntándome quien podría ser a esas horas de la noche.

- ¿Dígame?-. Preguntaba al llegar a el
- Buenas noches, buscaba a la señora O’Connor-. Sonaba una rara voz al otro lado del auricular
- Si, soy yo, ¿que desea?-. Pregunte aun sabiendo que era ella tratando de gastarme una broma como casi siempre
- Bueno, me gustaría que….
- Vamos amiga, déjate de bromitas a esta hora, te he reconocido
- Vaya, lo siento mucho, no quería molestarte-. Su tono de voz se escucho normal y su broma acabo rápido tal vez por que ella me noto seria
- No me has molestado pero si mis hijos se despiertan, vendrás tu a dormirles
- En serio Ren, lo siento, no pretendía molestarte
- ¿Que querías?-. No tenia ganas de hablar con nadie y mucho menos con ella que cada vez que la escuchaba mi corazón caiga un poco mas a ese pozo sin fondo del sufrimiento
- Pues ante todo lo que no quiero es molestarte pero por como te puedo escuchar….¿amiga te pasa algo?, sabes que soy tu….
- Amiga, confidente, ¿algo mas?-. Mi carácter a veces podía ser imposible y mucho mas cuando estaba sufriendo por ella y lo peor de todo que ni ella se daba cuenta de nada y entre eso y mi reciente discusión con mi pareja, o mejor podía llamarlo ya ex pareja?, todo eso me estaba volviendo paranoica
- Vale, creo que es mejor que te llame en otro momento
- NO…-. Fue mi subconsciente en un grito a pesar de todo la necesitaba, quería escuchar su voz, sentirla aunque fuera a trabes del cable telefónico-. – Perdóname amiga, siento haberte hablado así, estoy tomándome una copa y….-. El sonido de que otra llamada me entraba me hizo callar por un segundo para continuar hablando-. – Discúlpame un segundo tengo otra llamada, no me cuelgues por favor
- Claro, aquí te espero
- ¿Si?
- No entiendo por que me has dicho que ahí otras, sabes que…
- Jed, por favor, ni siquiera has podido negarlo las veces que te lo he dicho
- Pero tu me dijiste que…
- Si, que abría libertad en esta relación pero tampoco pensé que hubiera tanta por tu parte
- Sabes perfectamente que necesito cierto tipo de cosas, de…
- No quiero hablar de ello en este momento, te pedí que te marcharas y punto, respeta mi decisión quería estar sola
- Tu también has tenido lo tuyo Renee y yo jamás en ningún momento he interferido en tus decisiones o…-. Mientras le seguía escuchando caminaba a la cocina, cogi la botella de vino y la saque afuera para rellenar la copa que estaba media, me senté para seguir escuchándolo-. – No quiero discutir más…-. Le alce un poco la voz por que él comenzó a adentrarse en terrenos que no debía hacerlo, mi nerviosismo comenzó a aumentar al grado de levantarme a caminar de un lugar a otro
- Renee, no puedes disculpar tu comportamiento, se a lo que me exponía cuando comencé contigo, me lo dejaste claro pero pensé que todo seria diferente si vivía contigo, a tu lado, haciéndote olvidar ese amor imposible, ella jamás te vera como quieres, ella jamás podrá hacerlo, por que debes aceptar que no te quiere que no…
- ¡Cállate!...-. Grite sin dejar de caminar-. – Tú no sabes nada, ni de lo que estas hablando…-. De pronto pensé que ella aun seguía al otro lado de la línea esperando y estaba claro que este hombre no me dejaría en paz por ahora, lo deje esperando mientras volvía con ella-. – ¿Lucy?
- Si, aquí sigo
- Oye, la otra llamada se me esta haciendo mas larga, cuelga y te llamo en veinte minutos
- Vale…-. Y apretando el botón volví con él
- Jed, mira esto ya no da para mas, llevamos mucho tiempo sin relaciones, estamos fingiendo una pareja que no existe desde hace un año y estoy cansada, muy cansada de seguir con este juego estupido de que somos una pareja perfecta, una familia modelo y feliz por que no es así y tanto como tu y yo sabemos que ella siempre estará ahí entre nosotros y que nadie podrá separarme de lo que siento y sabes perfectamente que lo he intentado pero no logro conseguirlo, así que mejor dejemos las cosas como están y te pedí esta noche para estar a solas por que necesito recapacitar, por que necesito pensar y si no lo entiendes es tu problema así que déjame en paz
- Ren, sigo aquí…-. Escuchar su voz tan femenina al otro lado hizo que la copa que tenia en mi mano cayera rompiéndose en varios trozos que se repartieron por mi patio
- ¡Maldita sea!...-. Grite al viento mientras nerviosa recogía los trozos, sin dejar de darle vueltas a todo lo que ella había escuchado, ¡Dios mío!, le había confesado todo…Mire el teléfono y me di cuenta de que había apretado el botón equivocado
- Ren, ¿sigue ahí?, oye me estas asustando…-. Escuchaba bajito su voz por tener el teléfono frente a mi mirándolo
- Aquí estoy…-. Mi voz temblaba nerviosa, no quería seguir hablando con ella, seguí recogiendo los trozos de la copa que estaban tirados por el suelo-. – Estoy bien y ahora debo dejarte
- Espera, yo….

No espere mas, no podía, me sentía súper avergonzada por la situación, ¿pero por que me pasaban estas cosas?, ¿como había podido hacerlo?, bueno….no había dicho su nombre, tal vez ella….podría explicarle otra cosa, decirle que me refería a alguien…déjate de tonterías Renee, seguro se dio cuenta, seguro, maldita sea yo una y mil veces. Conozco a Luce y se que es muy discreta y no me dirá nada, esa va a ser mi salvación, no me lo dirá, ¿verdad?. Me preguntaba a mi misma hablando en voz alta mientras acababa de recoger el ultimo trozo que en mi distracción me corto el dedo índice de la mano derecha.

Mientras lo curaba en el baño seguía dándole vueltas y vueltas al asunto, tenia que pensar en algo por si ella me preguntaba, por si al volver a verla me preguntaba que era lo que había dicho y a quien me refería ¿y si así era que le iba decir?. Lo que si estaba claro es que inevitablemente se había enterado de mi farsa con él. Pero debía ser sincera con mi corazón, con mi mente y en ese momento era lo que menos me importaba. Me dirigí nuevamente a prepararme una copa nueva la ultima por esa noche que me iba a tomar, mientras lo hacia sonó la puerta, debía ser él, no me iba a dejar en paz tan fácilmente, sabia al comienzo de la noche que no seria fácil para mi.

Abrí prácticamente gritando que deseaba estar a solas por una noche, solo una noche y mi sorpresa fue mayúscula al ver a la persona que estaba ante mí….

- Esta bien mujer, solo pensé que podía tomarme una copa contigo
- Cuanto lo siento Silvia, perdóname-. Fui a abrirle la puerta, después de saludarla y darle paso a mi casa me volví a disculpar
- ¿Teniendo una mala noche?-. Ella me sonrío
- Bueno, más o menos, quería estar a solas, acabe discutiendo con Jed y lo eche prácticamente de la casa y….
- ¿Me voy?-. Trato de salir nuevamente de mi casa

Se lo evite, que remedio, no podía echar a una de mis mejores amigas de mi infancia, ella siempre estuvo en todos mis malos momentos ayudándome, lo mejor de ella era la libertad que sentía y expresaba a la hora de hablar algo que yo quería tener pero que nunca me atreví a hacer en mi vida por mas que ella me daba consejos y me ayudaba nunca lo conseguí.

- ¿Que quieres tomar?-. Le ofrecía mientras se sentó en una de las sillas y se encendía un cigarrillo
- No se, lo que tengas, lo que tu estés tomando
- Estaba con una copa de vino pero necesito algo más fuerte whisky ¿tal vez?
- Vale

Si, me adentre de nuevo llegando a mi cocina sacando dos tubos de cristal, una coca-cola, agua mineral, una hielera color plata llena de cubitos y una botella de whisky que tenia en la parte superior del mueble de cocina dedicados a algunas bebidas. Lo coloque todo bien en una bandeja y Salí junto a ella que estaba entretenida mandando un mensaje telefónico.

- ¿Y bien? ¿Quien comienza primero?-. Me preguntaba mientras desconectaba su teléfono y lo metía en su bolso
- ¿A que te refieres?-. Le decía mientras comenzaba a servir las copas
- Me refiero a que las dos estamos con problemas esta noche y creo que necesitamos desahogarnos ¿o acaso me estoy equivocando?
- No, la verdad que no lo haces-. Nos conocíamos bastante para conocernos las miradas, nuestros gestos, de saber que ambas estábamos con problemas y desconciertos-. – Por mi parte tengo poco que contar, me he cansado de vivir en una falsedad y estoy pensando en dejar a Jed, ya no puedo seguir así amiga, mi corazón esta acabando conmigo-. Ella conocía mi gran secreto, el amor que le tenia a Lucy, sabia a la perfección todo con mi relación con Jed
- Pues lo siento mucho amiga, en serio, se os veía bien, pensé que él te podría hacer olvidarla aunque fuera un poco solamente
- Si, yo también lo pensé, pero creo que no va a ser posible y ya me he cansado también de que Jed este con unas y otras, creo que es mejor que lo deje
- ¿Estas segura?
- Sabes que una nunca esta segura con el amor, pero es algo que debo de hacer, pienso que es lo mejor, tanto para él, como para mi y mis hijos. Además creo que esta noche he cometido un gran error
- ¿Así? ¿Por que?
- Pues por que me hablo Lucy y a la misma vez me llamo Jed y…bueno total te lo abrevio que me confundí de botón en el cambio de llamadas y dije algo que ella no debía escuchar
- ¿O tal vez si?
- ¿Te has vuelto loca?-. Ambas ya estábamos sentada una frente a la otra bebiendo nuestras respectivas bebidas-. – En serio, era algo que no debía escuchar ya que prácticamente me estaba defendiendo ante Jed de que la amaba a ella y en fin…que la que realmente estaba escuchándome hablar eso era ella misma
- ¿No me digas?, ¿y que te dijo?
- Y yo que se, me perdí amiga y le colgué el teléfono
- Oh…vaya…¿pero la nombraste?
- El caso es que no, pero…
- Pues entonces no te preocupes, si te pregunta dile que te referías a otra persona
- Si, ya, algo pensare, ¿y a ti que te ocurre?-. Le di un buen sorbo a mi copa algo que ella imito también
- Lo mío es mas bien entre económico y familiar, ¿recuerdas que le preste dinero a mi hermano para su negocio?, pues bien ahora no me lo quiere devolver y necesito el dinero por que….-. El sonido del timbre de la puerta sonó una vez
- Discúlpame….enseguida regreso….¿quien será?-. Fue mi ultima pregunta después de dirigirme a mi puerta al ver que mi amiga se subía de hombros negando con su cabeza



No podía creer lo que me estaba pasando, de querer estar tranquila y sola, parecía que esa noche no lo iba a conseguir, ¿quien seria a esas horas?, mire el reloj del salón al pasar, realmente no era muy tarde las 11:30 de la noche de un viernes, pero no eran común que vinieran amigos a mi casa. Abrí la puerta para encontrarme a Ted con su pareja actual.

- ¿Que hacéis por aquí?-. Le pregunte incrédula ya que pensaban que estaban de viaje
- Finalmente no nos fuimos amiga, así que queríamos salir a tomar algo y veníamos a ver si queréis veniros-. Contesto Ted risueño arrimándose a su conquista, al abrirles les salude a ambos y pasaron al salón
- Vayan al patio, enseguida regreso les echare un vistazo a mis hijos
- Bien

Y así lo hice, primero entre con Iris que en su camita estaba quietecita cuando me puse a su lado, le di un beso y me marche al cuarto de Miles, él se había destapado un poco, lo tape, le di un beso en la frente y dejando su puerta medio abierta me aleje de ambos dormitorios llegando hasta el patio donde estaban mis amigos ya hablando los tres amigablemente. Me incorpore a ellos y ofreciéndole una bebida se decidieron por lo que ya estaba en la mesa, así que fui a por dos vasos mas y Silvia se encargo de servirles.

Media hora después seguíamos hablando los cuatro y volvimos a ser interrumpidos por el sonido de mi timbre una vez mas, resignada y sonriendo por que no podía creer lo que me estaba pasando me dirigí a la puerta. Abrí y vi a Alex junto a su hermano Ralph y una amiga que iba con ellos que aunque al principio no la reconocí bien hasta que no los tenia cerca y pude comprobar que era la pareja de Alex. La verdad que todo esto me estaba resultando surrealista y me reía con resignación. De querer estar en la soledad de mi casa de pronto se me habían juntado casi todos mis amigos.

- ¿Podéis decirme si alguien ha colocado algún cartel fuera de mi casa en el cual diga que tengo alguna fiesta o algo así?
- No lo creo, ¿por que?-. Preguntaba Alex mientras me abrazaba
- Pues por que habéis coincidido en llegar todos esta noche aquí, no es que me molestéis pero…-. Trate de cerrar mi puerta cosa que Ralph me lo impidió
- No, espera, creo que viene alguien mas
- ¿Así?-. Preguntaba incrédula mirándolos a los tres
- Si…-. Confirmó Alex-. – Mientras llegábamos a tu puerta vimos como Lucy aparcaba cerca
- ¿Que?...-. No podía creerlo, ¿por que? ¿Por qué ella estaba a esas horas en mi casa? ¿Pero por qué no se habían quedado todos en sus respectivas casas?-. – Pasar adentro, hasta el patio, allí ahí unos amigos ya, yo me quedo a esperarla
- Vale…-. Los tres caminaron uno detrás de otro y yo me fui afuera hasta la calle para ver si era cierto lo de Luce y efectivamente ella ya caminaba hacia mi, pero no venia sola, su caminar era seguido por su hija mayor Daisy
- Buenas noches-. Les dije a ambas tratando de tranquilizar mis nervios que comenzaban a aumentar por segundos
- Hola, siento la hora, espero que no te molestemos pero me gustaría hablar contigo-. Giro su cara a su hija-. – Mejor quédate en el coche y….
- No es necesario amiga, pasad dentro, parece que mi casa hoy es cita para los amigos-. Ella me miro a los ojos disimulando una sonrisa
- ¿Disculpa?
- Que paséis adentro, mi casa ya esta ocupada jaja…-. Quería bromear y tratar de que ella no me hablara de algo que no quería hablar en esos momentos
- ¡Oh…!...amiga pensé que estarías a solas pero si no es así, mejor hablamos otro día
- No madre, yo quiero quedarme, ya que estamos por aquí entremos y tomemos algo, ¿podemos Ren?
- Claro, adelante…-. Les di paso con mi mano, Daisy paso delante sin detenerse mientras Luce me saludaba con un beso en la mejilla susurrando
- Tú y yo tenemos que hablar a solas-. Me quede en silencio solo mirándola tan cerquita que desee besarla, se que solo fueron segundos pero para mi fue eterno, me sentía flotar cuando ella se acercaba a mi

Nos adentramos a mi casa y llegamos ambas hasta el patio que lo miraba y estaba más que concurrido, escuchándose sonido de risas, hablando entre ellos, seguía mirándolos desde la puerta y me parecía todo tan increíble. Las cosas que a mi me pasaban seguro no le pasaba a nadie. Interrumpí su animada conversación.

- Vale chicos, escucharme un poco, un momento-. Todos callaron a mirarme-. – Realmente os pido una disculpa por que no estaba preparada para esto esta noche así que decidme lo que queréis tomar por que tengo que ir al supermercado antes de que cierren
- No es necesario puedo ir yo-. Se ofreció Lucy junto a su hija que rápidamente se levanto del asiento que había escogido
- Esta bien

Asentí era mejor así por si mis hijos se despertaban, después de hacer una pequeña lista de algunas bebidas pues algunos tomaban cosas distintas y algo para picar, las dos se marcharon para regresar media hora después. Comencé con ayuda de Daisy a preparar las bebidas mientras Ted se encargaba de encender la barbacoa, Lucy había decidido traer algo de carne para ir picoteando durante lo que ya sin quererlo se había convertido en una pequeña fiesta por amigos en mi casa, sin proponerlo, sin quererlo, estaba claro que el destino esta noche era que no debía estar a solas.

La noche avanzaba y en medio de ella fui una vez mas a ver a mis hijos para ver si todo estaba en orden, entre en la habitación de Miles y me acerque hasta él para taparle con la sabana que se había quitado durmiendo, me senté un poco a su lado observándole dormir, a sus ocho años mi hijo era todo un hombrecito ya, sano, buen hijo, buen hermano, una faceta que realmente me encantaba de él, y escuchar el sonido de mi hijo entre muchos otros, su respiración tranquila me gustaba, me levante de su lado y dándole un beso en la frente volvía a salir de su habitación. Seguidamente fui a la de Iris que prácticamente iguale la misma situación anterior, le recogí el muñeco con el cual dormía que estaba al lado de su cama, en su dormir lo había dejado caer, me sonreí al verlo en el suelo, ese muñeco era su preferido desde que tenía uso de razón y ahora a sus 3 años aun seguía conservándolo, jamás se separaba de él siempre lo tenía a su lado junto a ella, le di un beso en la frente después de colocárselo entre sus brazos y saliendo por la puerta me di de bruces con ella.

- ¡Por el amor de Dios Lucy!, me has dado el susto de mi vida
- Lo siento, yo no…
- No importa-. Le corte mientras cerraba la puerta de mi hija
- Quiero hablar contigo-. Susurraba cerca de mi
- Ahora no puedo…-. Quería escabullirme no quería conversar ni que me preguntara nada, necesitaba evitarla en estos momentos
- Vale, está bien, ¿cuando podrás?, necesito hablar contigo
- No lo sé, ahora mismo lo que deseo es ir al baño, lo necesito urgentemente
- Pero…escucha…-. Comencé a caminar hacia mi baño quería llegar antes de que me preguntara por la llamada y poner la puerta de por medio, ella comenzó a seguirme-. – No sé porque no quieres hablar conmigo, he venido esta noche para eso y me llevas esquivando todo el tiempo, somos amigas y nunca me habías negado y ahora de buenas a primeras ni siquiera eres capaz de mirarme y ni tan siquiera sabes de lo que quiero hablarte cosa que me extraña por tu parte que no me hayas preguntado el por qué, cuando antes siempre lo has hecho y…
- Lucy….-. Me gire ante ella mientras tomaba el pomo de la puerta de mi cuarto de baño-. – Ahora no estoy para hablar de nada, necesito entrar al baño-. Gire el pomo y la abrí introduciéndome en el mientras escuchaba
- Vale, pues aquí te espero para….
- No-. Y le cerré la puerta dejándola al otro lado

Después de soltar la bebida que ya estaba pasando por mi cuerpo me puse frente al espejo, ¿que estaba haciendo?, el hecho de rechazarla la haría sospechar mas, debía cambiar mi estrategia, debía no darle importancia ante ella y si decidía preguntarme directamente decirle que todo había sido un error y que me estaba refiriendo tal vez a unas de las amantes de él, o de una amiga, vamos Ren, piensa, ¿que sería lo más adecuado para decirle?, mejor dicho para mentirle, me sentía mal, me eche agua en toda mi cara tratando de despejar mis dudas que no lo conseguí. Pero qué mala suerte había tenido, como me había podido equivocar de tecla, siempre había sido cuidadosa con respecto a mis sentimientos para que no se percatara, había cometido un error, un gran error.

No sé cuánto tiempo estuve mirándome en el espejo mientras pensaba en todo pero al abrir ella ya no estaba junto a la puerta esperándome, tal vez estaba afuera con los demás, algo que realmente agradecí por que decidió darme mi espacio, mientras iba al encuentro de mis amigos volví a escuchar la puerta de mi casa, pero esta vez no era el timbre si no las llaves, él abría la puerta en ese instante.

- ¿Creí que habías dicho que querías estar a solas?-. Me preguntaba irónicamente mientras cerraba la puerta para quedarse junto a mí en el salón
- Y es lo que pretendía pero ya ves que no lo he conseguido, hasta tu estas aquí otra vez
- Si, ya veo lo que pretendías, tal vez ha sido todo lo contrario por eso provocaste una discusión conmigo ¿verdad?, para echarme y quedarte con todos ellos a tus anchas, ¿no es cierto?-. Su voz subió de tono y mis amigos al fondo dejaron de conversar como lo estaban haciendo
- No es cierto, pero no te voy a dar explicaciones, porque probablemente no creas nada de lo que te vaya a decir como siempre has hecho
- Pues me las vas a dar por que soy el padre de tu hija ¿de acuerdo?
- Hola Jed…-. Intervino Silvia amablemente tratando de apaciguar la conversación, aunque desgraciadamente la respuesta no fue nada buena para ella
- ¿Y esta que hace aquí?, no quiero que este cerca de mis hijos, ya sabes que no me gusta que…
- Esta aquí porque es mi amiga-. Me gire a mirarla dirigiéndome a ella-. – Silvia vuelve al patio por favor
- ¿Segura?
- Si, por favor-. Le insistí no quería que mi amiga pagara el enfado que él traía probablemente porque no encontró lo que se fue a buscar fuera a la calle esa noche
- Está bien, si nos necesitas solo…
- Lo sé, gracias-. Mi vista seria volvió a él-. – Ven, vamos afuera
- No me voy a ir a ningún lado, esta es mi casa, que se vayan ellos
- Jed no me hagas recordarte de quien es esta casa y como llegaste a ella, por favor salgamos fuera-. Supongo reacciono a lo que le dije porque él sabía a la perfección que era de mi propiedad y que entro en ella cuando estaba pasando uno de los peores momentos de su vida profesional y económicamente
- Vale-. Ambos salimos a la calle a la puerta principal, no deseaba que ninguno de mis amigos nos escucharan discutir
- Renee, ¿por qué debemos estar así de mal?, todo iba bien, todo estaba bien entre nosotros, y de pronto todo se…
- No estamos bien y tú lo sabes-. Intervine mientras él se apoyaba en su coche que estaba aparcado en la puerta de casa
- Si lo estamos, lo que pasa es que tú no quieres…
- Lo he intentado Jed, lo he tratado de conseguir, durante tres años, pero no puedo más, no podemos mas, esto debe de terminar, debe de acabar, yo….yo necesito estar a solas
- Estuviste a solas Ren y no te funciono
- Lo sé, pero acompañada tampoco y no es justo ni para ti, ni para mi, trata de ser feliz, trata de…
- Yo soy feliz junto a ti y los niños
- Sabes que no es cierto, ya es mas la costumbre que otra cosa
- ¿Tanto es el amor que le tienes a Lucy que jamás podrás ser feliz junto a nadie más?-. Me quede en silencio, mirando mis pies que se movían de un lugar a otro nerviosa-. – Dime Ren, ¿que es lo que ella te ha dado que ninguna otra persona en tu vida te ha dado en el amor?. Muchas personas te hemos amado y te lo hemos dado todo pero tú no has logrado olvidarla, nunca ha salido de tu mente ni de tu corazón, ¿por qué?. Ella ni siquiera te ama, ella ni…
- ¡Cállate ya por favor!, deja de lastimarme
- No quiero hacerlo Ren, no es lo que pretendo, en serio, pero me resulta tan curioso y me gustaría saber tu respuesta, porque realmente siento que le tienes ese gran amor y me gustaría saber el por qué, dime, ¿que es lo que te ha dado que los demás jamás te hemos dado?
- No lo sé Jed, no lo sé, tal vez fue su gran amistad, tal vez su confianza, su cariño, que nos llevamos muy bien, tal vez…tal vez porque sé que nunca será mía y me gusta las cosas imposibles o tal vez es porque Lucy tiene todos los requisitos que busco en una pareja
- Es posible…-. Ambos nos quedamos en silencio mirándonos sin saber que más decirnos hasta que él rompió el hielo mientras me sonreía-. – Creo que es mejor que me vaya, tienes razón, debemos acabar con esto
- ¿Y ahora por qué tan comprensivo?, hace un momento…
- Bueno, el hecho de verte a los ojos mientras hablas de ella me hace comprobar una vez mas que no tengo nada más que hacer aquí en tu vida como pareja
- Si…Jed mejor dame las llaves de la casa, quiero…
- Lo entiendo, está bien…-. Las saco de su bolsillo y me las puso en mi mano
- Sabes que siempre serás bienvenido pero…
- Lo sé, lo sé, me marcho ya, mañana pasare a por mis cosas
- Bien-. Me acerque y le di un abrazo, era un buen hombre y se merecía algo mejor que yo que sin duda sabía perfectamente que lo encontraría pronto

Después de despedirlo y dándole un saludo con mi brazo en alto a lo lejos mientras él ya se alejaba con el coche entre de nuevo en casa, escuchaba a mis amigos conversando a lo lejos hasta que llegue a ellos y detuvieron la conversación. Silvia fue la única que se atrevió a preguntar mientras todos los presentes seguían en silencio.

- ¿Todo bien?
- Si, ahora si…-. Mire a mí alrededor para comprobar que no estaba la presencia de ella ni de su hija-. – ¿Donde está Lucy?
- Se fue hace rato, nos pidió que la despidiéramos de ti pero como llego en ese momento Jed no pudimos decírtelo-. Me contaba Alex
- ¡Oh!...vaya, que lastima…-. Aunque dentro de mi mejor era así, no hubiera podido soportar más presión esa noche y es algo que supongo mis amigos se dieron cuenta
- Nos vamos a ir ya Ren-. Decía Ted ya levantándose-. – Creo que es mejor pero si quieres que nos quedemos solo pídelo y así lo haremos
- Ustedes saben que esta es como su casa, pero si les soy sincera amigos, si, necesito un poco de soledad
- Claro, lo entendemos-. Intervenía Silvia ya levantada también

A todos les fui dando un abrazo mientras los despedía en la puerta de casa y los veía montarse en sus respectivos coches. Y acelerando poco a poco se fueron marchando, la ultima en ver fue a Silvia que diciéndome que estaba para cualquier hora y problema me dejaba en el silencio de la noche de mi calle. Me di cuenta en ese instante que aun no había metido mi coche en la cochera así que antes de volver a entrar lo hice. Ya bajando la puerta de metal y poniendo el candado casi de rodillas sentí un gran escalofrío de temor al sentir una mano depositarse en mi hombro derecho.

- Renee necesitamos hablar no puedo…
- ¡Dios mío!-. El brinco que di del susto me hizo caer al suelo completamente mirando hacia arriba
- ¿Te has hecho daño?-. La cara de Lucy estaba más asustada que la mía
- ¿Pero qué demonios haces aquí?
- Perdona, yo solo…
- Quieres dejar de asustarme…-. Le decía mientras ella me ofrecía su mano para levantarme-. – Te voy a poner un cascabel para que pueda escuchar cuando llegas-. Le sonreía nerviosa mientras con su ayuda ya estaba de pie frente a ella
- No lo hago a propósito, es que…¿te has hecho daño?-. Me volvía a repetir esta vez con cara de preocupación
- No, tranquila, da igual, déjalo, ¿que haces aquí?, me dijeron que te habías ido
- Si, y así fue, pero no dejo de darle vueltas y sabes que soy cabezona y necesito hablar contigo
- Está bien Lucy, mira ahora es muy tarde, que tal si mañana…
- No, quiero hablar ahora, lo necesito, es…-. Aceptaría su conversación, ella no sabía seguramente bien lo que había escuchado le diría que me refería a una amante de Jed y ya se acabaría todo
- Vale, entremos en casa amiga, es muy tarde para estar aquí
- Si

Entramos dentro, cerré todo bien con sus llaves correspondientes pero esta vez no salimos al patio, estábamos dentro en el salón lo preferimos porque la noche había caído y hacia algo de frio. Me disculpe con ella para ir a hacer revisión a mis hijos que gracias a Dios todo seguía en orden y tranquilo, pero tal vez tarde un poco más porque al bajar ella estaba recostada en mi sofá y estaba casi dormida.

La observe durante un par de minutos antes de que ella abriera sus ojos azules pero para mí parecían más, era tan increíblemente hermosa que jamás pude imaginar que alguien en este mundo pudiera existir alguien como ella, pero si existía y era mi mejor amiga.

- Creo que me quede un poco traspuesta-. Me regalo una media sonrisa soñolienta
- Ya me he dado cuenta-. Le di un bostezo falso para que ella me respondiera igual, siempre me resulto curioso que los humanos unos a otros nos contagiáramos los bostezos cansados
- No seas mala Ren, sabes que cuando haces eso…
- Lo sé-. Sonreí mientras me sentaba en la otra punta del sofá subiendo los pies y estando frente a ella-. – Por eso me gusta hacerlo
- Mala…
- Amiga mejor porque no lo dejamos para mañana, ambas estamos cansadas, es más, llama a tu casa y mejor quédate aquí a dormir es muy tarde para que regreses a estas horas hasta tu casa que está en la otra punta de la ciudad
- ¿Sabes qué?, en eso tienes razón, me siento algo cansada para conducir de regreso
- Claro que si, llama y avisa a Robert para que…
- Llamare amiga pero no creo que él me conteste…-. Y se levanto caminando hacia el patio mientras sacaba de su bolso el teléfono y marcaba. Cinco minutos después regreso metiendo el teléfono en su bolso y colgándolo en una de las sillas que poseía la mesa central de mi salón, se sentó de nuevo en su lugar-. – Listo, en mi casa ya no me esperan…por esta noche-. Añadió sonriendo mientras me guiñaba un ojo
- Amiga, ¿porque me has dicho antes que no te contestaría Robert?, salió de la ciudad o….
- Ahora no estoy para hablar de eso, necesito ir al baño-. Me respondía imitando mi voz con lo que en esa noche yo le había respondido anteriormente
- ¿Te han dicho alguna vez que eres muy graciosa?...jajaja…
- Sí, me lo han dicho jajaja….
- Vale ¿y ahora me puedes responder?
- No….-. Me contesto seriamente mientras se inclinaba hacia la mesa tomando el mando a distancia de mi televisión jugueteando con las teclas sin ni siquiera mirarme a la cara
- Luce, ¿estas bien?-. Me preocupaba verla así
- Si-. Ella giro su rostro para mirarme solo unos segundos y volver a mirar las teclas del mando
- Oye….-. Sin levantarme de mi sillón me acerque a sentarme más cerca de ella, deposite mi mano sobre la suya deteniendo el movimiento de sus dedos, mas sentí su mano temblar al instante-. – Amiga puedes contarme lo que quieras lo sabes ¿verdad?, ¿que te preocupa?, ¿que te está pasando?-. Ella volvió a girar su rostro hacia mí apartando su mano y alejándose echándose hacia atrás-. – Lucy, has estado toda la noche tratando de hablarme algo ¿y ahora que quiero hacerlo tú no quieres contestarme?
- Renee…
- Dime…-. Me quede a la expectativa esperando que me dijera algo, toda la noche había temido por mi error en la llamada pero era otra cosa, ella estaba mal, podía sentirlo en su mirar
- Me gustaría tomarme un té caliente, ¿puede ser?-. Yo quede anonadada con lo que acababa de escuchar pero seguramente estaba nerviosa, la conocía bien y sabia que ella tomaba el te cuando se sentía así

Asintiendo con sonrisa me aleje de ella me levante y camine a la cocina diciéndole que no se me durmiera que regresaba con el té en diez minutos, ese comentario hizo que ella sacara un gesto en su boca parecido a una sonrisa. La perdí de vista cuando entre en mi cocina, cogí las cosas necesarias y mientras esperaba que el agua se calentara pensaba en lo que me estaba pasando, en lo que nos estaba pasando.
Que tonta había sido, yo pensando en que ella me iba a preguntar o a querer saber de la llamada y lo más probable era que mi mejor amiga tenía problemas mayores como la relación con su marido que no le iba nada bien. Anteriormente ella ya me había comentado algo pero no pensé que la cosa fuera tan seria, pero por cómo estaba esta noche y por lo que me había dicho que él no la contestaría podía pensar que la cosa estaba más que complicada y era evidente que mi amiga no lo estaba pasando bien.

Debía apoyarla, debía escucharla como hacen las buenas amigas y no que siempre estaba pensando en mí, en mis problemas, en mi trabajo, en mí y nada más que en mi, había cometido un error, a ella ni le preocupaba la conversación que tuvimos ni el error que yo cometí. Debía relajarme y escucharla primero ante de juzgar por mí misma, ella es mi mejor amiga y debo tratarla como tal, sácate todo de la cabeza y compórtate como es debido me decía mi mente traviesa.

El sonido de que el agua estaba ya caliente me saco de mis pensamientos y prepare el té que ella me había pedido, había decidido acompañarla con otra taza yo también, las cogí con cuidado ya que estaban algo calientes y marche a su encuentro, mientras iba llegando al salón la vi caminando por el y su voz se escuchaba levemente:

- Ella no debe enterarse, no debo….
- ¿Quién y por qué no debe enterarse?-. Le pregunte curiosa
- Nadie
- ¿Nadie?-. La miraba incrédula mientras le daba su taza-. – Ten cuidado, esta algo caliente-. Le advertía mientras me sentaba en la esquina del sillón que ocupaba anteriormente
- Vale, gracias-. Mi advertencia parece que no surtió efecto porque ella se chamusco un poco la lengua por su gesto en la cara, dejo la taza en la mesita y siguió caminando de un lado a otro frotándose las manos
- A ver Lucy-. Había decidido ir directamente al grano, ahora que no se trataba de mi me sentía más segura-. – Que tal si por fin me cuentas que ocurre y así nos podemos ir a dormir porque si no nos van a dar las tantas
- Perdona Renee, en serio, no quiero molestarte
- No te lo estoy diciendo para que me pidas perdón, es que me gustaría ayudarte en lo que te pasa pero si tu no me lo cuentas no podre adivinarlo
- Pues deberías-. Paró en seco su caminar mirándome de frente
- ¿Debería?, ¿el que Lucy?, ¿adivinarlo?, ¿acaso te has vuelto loca?, ¿como quieres que adivine tus pensamientos?
- Ya deberías saber el cómo, el cuándo, el por qué, parece mentira Ren, después de tantos años que ni siquiera me conozcas un poco
- Te conozco lo que tú me has dejado conocer de ti, pero ese no es el punto aquí, ahora me estas preocupando, por que se que hay algo, lo intuyo, pero…
- ¿Lo intuyes?-. Me preguntaba irónica mientras volvía a caminar nerviosa ante mi
- Pues sí, y me gustaría saberlo porque sé que te pasa algo y que por algún motivo no quieres hablarlo aunque es lo que deseas hacer ya que tú misma me lo has pedido
- Si, tienes toda la razón, pero tal vez no sea yo sola ¿no?
- ¿A qué te refieres?-. Pregunte inquisitoriamente dejando mi taza en la mesita de cristal que tenia ante mi
- A que a lo mejor tu también me quieres decir algo que no te atreves a contarme
- Luce sabes que te lo suelo contar todo, no tengo secretos para ti
- Sabes que eso no es cierto amiga-. Su mirada se trasformaba lentamente en enfado
- Yo…no se dé que me estás hablando…-. Trate de desviar la conversación por qué no me comenzaba a gustar mucho-. – Pero si estas teniendo problemas con Robert o….
- ¿Y quién está pensando en mi ex marido ahora?, te hablo de ti Ren, de ti
- ¿Ex marido?, ¿desde cuándo es…?-. Me quede petrificada al escucharla nombrarlo así, ¿desde cuándo?, no me había dicho nada y ni siquiera podía imaginar que ella lo dejara
- Eso no importa ahora y no trates de desviarme la conversación, se que sueles hacerlo cuando no te conviene escuchar o hablar de tus propios sentimientos-. Su voz iba en aumento
- ¿Pero te estás escuchando?-. Mi voz igualo su tono y me levante para encarar la situación, no iba a dejar que me gritara en mi propia casa-. – Estas completamente loca, llevo toda la noche tratando de estar sola, tranquila, en mi casa, sin que nadie me molestase, solo quería un poco de soledad y luego llegas y me insistes en hablar, me llamas mentirosa….
- Porque lo eres…-. Se acerco a mí desafiándome-. - Por que al igual que yo no me dices lo que realmente me quieres decir, por que no estoy tan loca como crees
- ¿A no?, pues mírate al espejo porque…-. No pude continuar al sentir sus manos rodear mi cuello mientras sus labios aprisionaban los míos fuertemente en un beso inesperado que recibí de ella-. – ¿Que crees que estás haciendo?-. Le grite mientras la empujaba hacia atrás alejándola de mi en un momento de cordura
- Lo que deseas, ¿o acaso ahora que ya sabes que puedo no ser un imposible ya no te intereso?-. Su mirada clavada en mi me dejo descolocada y mas su pregunta por qué recordé que eso se lo había comentado a Jed mientras conversábamos fuera

Pero de toda esa discusión que estábamos teniendo nos calmo el llanto al fondo de nuestros oídos de mi hija desde su dormitorio, disculpándome con ella me marche a verificar que todo estuviera bien. Entrando en el cuarto de Iris la vi medio levantada asustada, había tenido una horrible pesadilla, veinte minutos después ya dormía tranquilamente después de que le diera un poco de agua y me quedara a velar su sueño. Dejándole una pequeña luz encendida por si volvía a despertar Salí lentamente de su habitación para no despertarla otra vez y llegue a mi dormitorio a dejar el vaso vacio que había cogido lleno de agua del baño pero al abrir la puerta pensé mejor en llevarlo de regreso a la cocina y al girarme Luce me sorprendió una vez más, quedándose parada a centímetros de mi.

- ¿Porque nunca en todos estos años me has contado nada sobre tus sentimientos?-. Todo había cambiado en su mirada, ahora ya no había enfado, había ternura, cariño, comprensión
- No sé de que estas hablándome-. La negué mientras trate de caminar pero ella me hecho para atrás comenzando a andar, entrando ambas en mi habitación
- Te estoy hablando de lo que he tratado de preguntarte durante toda la noche-. Seguía caminando hacia mí mientras yo caminaba hacia atrás-. – Primero con esa llamada que me confundió y no sabía muy bien lo que pasaba, pero afortunadamente a mi regreso de dejar a mi hija en casa pude escuchar toda la conversación que tuviste con él, ¿porque Ren?, ¿porque jamás me has dicho nada?-. Mis nervios aumentaron considerablemente, dando paso al miedo, me sentía asustada, no sabía cómo responder ante esas palabras
- Lucy, quiero que salgas de mi habitación-. Le pedí lo más tranquila que pude tratando de calmar mi miedo
- No-. Contesto quitándome el vaso que llevaba en mi mano dejándolo encima de mi mesita de noche para tomar con sus manos ambas manos mías
- Por favor…
- ¿Porque estas temblando?-. Noto mi miedo, sintiéndome indefensa no pude contestar a eso-. – No tienes por qué temer-. Soltó una de mis manos para continuar y ponerla en mi mejilla en una caricia-. – Jamás te haría daño Renee, jamás te lastimaría, prefiero quitarme la vida a causarte algún dolor
- No digas eso por favor
- Pero es lo que siento y ahora me voy a marchar por qué no me gusta sentir que temes mi presencia, eso me lastima-. Se alejo de mi para salir de mi habitación, caí sentándome en mi cama mirándola como se iba a ir, no, no podía dejarla ir, a ella no, al amor de mi vida no quería dejarlo escapar
- No le temo a tu presencia…-. Ella giro su rostro al escucharme a hablar-. – Le temo a mis sentimientos, a tus sentimientos
- Por mis sentimientos no te preocupes-. Sonrió-. – Hace mucho tiempo que están enganchados a los tuyos, por eso te pregunte antes porque nunca me habías dicho nada, porque si realmente la conversación que escuche es cierta, hemos perdido mucho tiempo cariño-. Escuchar llamarme cariño de sus labios me hizo estremecer de emoción
- Es cierta Luce-. Ella volvió a acercarse poniéndose casi de rodillas para estar a mi altura que seguía sentada en mi cama
- ¿Entonces porque temes confesármelos?
- Porque pensé que…
- No pienses por los demás Ren, pregunta primero
- Es que yo pensé…
- Pregunta
- ¿Qué?
- Lo que más quieres saber sobre mí-. Su mirada sonriente seguía puesta en mi y entonces lo entendí todo y mi miedo fue desapareciendo poco a poco
- ¿Me amas?
- Si, te amo más de lo que tú te puedas imaginar

Esa respuesta entro en mí como si el mismo Cupido me hubiera clavado una flecha en todo mi corazón. Me sentía dichosa, feliz, después de mucho tiempo por fin mi agonía de sentir un amor imposible se hacía realidad, ahí estaba ante mí la mujer que más amaba en este mundo y encima me era correspondida, no podía desear cosa mejor, bueno si, tal vez lo que acabe haciendo, acercándome a ella y besarla con todo el amor que pude entregar en un beso dando paso a algo más.

Me despertó el despertador a la misma hora de todos los días y escuchar el sonido de las voces de mis hijos junto a la de Lucy me hizo darme cuenta que aquello no había sido un sueño y que mi realidad me esperaba afuera en mi propia casa. Salí lo mas corriendo que pude y llegue al encuentro con ellos, me recibieron mis hijos con su pequeña sonrisa ya desayunando y Luce junto a ellos la igualo.

- Buenos días, ¿se te pegaron las sabanas?, toma hice café-. Me dio una taza ya lista con todo
- Gracias-. La acepte encantada sentándome en la misma mesa que ellos ocupaban
- Mami a mi me gustaría dormir la próxima vez que venga Lucy en el sofá con ella, dime, ¿puedo? ¿Puedo mami?-. Miles me preguntaba insistente, pero tanto ella como yo sabíamos perfectamente que el sofá no había sido ocupado por ella hasta poco tiempo antes de que mis hijos despertaran
- Claro cariño, la próxima vez duermes con ella-. La mire guiñándole un ojo-. – Suponiendo que haya una próxima vez, dime Lucy, ¿vendrás a dormir una vez más a casa?
- Claro, si me invitáis-. Miro a mis hijos que ambos asintieron risueños.

Una hora después, mis hijos ya estaban entretenidos, Miles viendo la televisión e Iris jugando con sus juguetes junto a su hermano, mientras yo la despedía en la puerta de mi casa.

- ¿Regresaras?-. Le preguntaba mientras le tomaba la mano apretándosela cariñosamente
- Si
- Querrás…
- Claro
- Podrás…
- Por supuesto
- ¿Me dejaras terminar alguna de las frases?
- No
- ¿Por qué?
- Porque deseo acabarlas junto a ti cada día de mi vida
- Estás loca…
- Por ti…-. Hizo un gesto de reverencia y beso mi mano soltándomela amablemente

La vi caminar alejándose y sentí una punzada de tristeza que pasó a ser alegría cuando ella se giro saludándome con su mano y tirándome un beso al aire, se monto en su coche y se perdió en la carretera. Seguía inerte allí parada pensando en todo lo ocurrido y me sentía completamente feliz, jamás pensé que eso me pudiera llegar a pasar pero lo había conseguido por fin, a partir de ahora sería feliz y le di gracias a Dios por ello. El sonido de mi teléfono me volvió a mi realidad, volví a entrar en casa y mientras observaba a mis hijos entretenidos conteste:

- ¿Dígame?
- Ya te extraño y me duele estar lejos de ti, prepara a tus hijos, recogeré a los míos y vuelvo a tu casa nos iremos el fin de semana al campo
- Perfecto, te amo
- Y yo te amo a ti

Poco escuche el pitido del colgar del teléfono por que rápidamente informe a mis hijos y comencé a prepararlo todo, equipaje, medicinas, etc, etc, lo necesario para pasar el fin de semana en el campo, no sabía que iba a venir mas allá de este fin de semana, no me lo pregunte, no me importaba en esos momentos, ahora solo deseaba seguir siendo feliz y eso ella me lo daba a cada momento, a cada segundo que pasábamos juntas ella me lo regalaba, lo iba a disfrutar mientras lo tuviera y deseaba que fuera por mucho tiempo. Y en mi cabeza rondaba una pregunta mientras cerraba la última maleta:

“¿El amor imposible puede realmente volverse posible cuando todo está en contra en tu propio destino?”

Y yo ya tenía una respuesta para esa pregunta:

“Si, por que los imposibles no existen ya que el mismo destino te puede dar la opción a los posibles”

Y el rostro de su imagen llego a mí inundándome de alegría eterna.


FIN

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Novela Corta: Vida Ajena

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Autora: LadyAxR

Poesia en Movimiento

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